"Le propuse este repertorio al maestro Mauricio Otazo (director de la Orquesta Sinfónica Nacional). Él estuvo encantado con esta sugerencia”, comentó ayer el músico durante un ensayo con la orquesta.
Para Antoni, quien visita por primera vez el país, el compartir escenario con la orquesta boliviana y el poder impartir talleres a los jóvenes del Conservatorio ha sido una experiencia positiva. "Estoy muy contento. Los músicos de la orquesta son excelentes, tenemos una excelente relación”, comentó el pianista en conversación con Página Siete.
Usted tiene vocación a la hora de enseñar, ¿qué puede decir al respecto?
Más que enseñar, creo que amo más transmitir conocimiento. Transmitir es muy importante para mí, que tengo ya más de 30 años de experiencia internacional. El compartir mis experiencias con los jóvenes es algo que está en mi corazón.
En el caso de Bolivia, me gustó mucho trabajar con los jóvenes del Conservatorio. Hay bastante talento.
¿Qué conoce de la producción musical boliviana?
No conozco mucho, pero sin duda estoy impresionado por la calidad de interpretación en el área de música clásica. Esto lo pude ver tanto en el Conservatorio como en la Orquesta Sinfónica.
Sin embargo, mi primer contacto con Bolivia lo tuve acá con el maestro Willy Posadas, que es un timbalista que también afina pianos en los conciertos.
¿Por qué decidió quedarse en Perú?
Es muy importante. Yo soy peruano de corazón. Yo llegué a Perú gracias al amor de mi vida, que es una señora fantástica, limeña. Me siento muy bien, pues Helge es un nombre vikingo y Antoni es un nombre latino, así soy yo: una fusión.
¿Con qué expectativas vino a Bolivia?
Para mí es muy emocionante llegar a este país en un momento crucial de su historia y de la larga historia y trabajo que tiene la Orquesta Sinfónica Nacional. No es sólo un concierto, yo no vengo a tocar, esta visita alberga profundas emociones, es como un encuentro con una familia.
Como pianista de profesión, ¿por qué apostó por la música clásica?
Porque a través de mi música logro tocar el corazón de la gente y eso es lo que a mí me interesa, principalmente. Yo sentí ese toque cuando asistí a mi primer concierto a los ocho años. Ese silencio me impresionó, al igual que la comunión de la gente. La música es mi vida y mi lengua. Yo no puedo vivir sin música. La música es para mí el símbolo del ser humano.
HOJA DE VIDA
Inicios Helge Antoni nació en Malmö (Suecia), en 1956.
Estudios El músico se formó en su ciudad Malmö, en la Academia de Música con Stanislav Knor.
Trabajo Fue el primer músico sueco becado por el Reino Unido para continuar sus estudios con Peter Feuchtwanger en Londres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario