Inspirados en su naturaleza intrépida, el grupo de bailarines ArtEstudio decidió acercar al kusillo a las nuevas generaciones a través del hip hop y el breakdance.
Dios de la alegría es una coreografía elaborada en 2013 por
ArtEstudio Comunidad Cultural, que cuenta parte de la historia del kusillo, sus travesuras y su faceta como cazador.
La obra obtuvo el tercer lugar en el Concurso Municipal de Danza La Paz, Creadores de Lenguajes, en la categoría de danzas urbanas el pasado año.
"La idea principal ha sido fusionar un ritmo juvenil con un personaje ancestral nacional. El kusillo es muy versátil y en ese sentido surge la idea de incorporarlo en el hip hop y el breakdance. Ambos tienen mucho que ver con la acrobacia”, explica la directora del grupo, Guiomar Arandia.
Seis integrantes de ArtEstudio, entre 17 y 30 años dedicados a la danza clásica, folklórica y otros géneros, decidieron participar en el concurso incluyendo desde la música de Wara y Bolivian Jazz hasta la banda de punk industrial Autorev y de artistas del hip hop como K. Papworth y Fusik.
Así, ArtEstudio une los saltos y las conocidas improvisaciones del kusillo a los movimientos del breakdance, una danza urbana que forma parte de la cultura hip hop y que surgió en las comunidades afroamericanas de los barrios neoyorquinos, como el Bronx y Brooklyn, en la década del 70.
Ahora el kusillo es parte de los movimientos de origen callejero de los B-boys -bailarines de breakdance- con saltos, piruetas y posturas congeladas.
Entre travesuras y la historia
Este pícaro personaje es asociado con animales e incluso con el diablo. Es protagonista de danzas como los ch’utas, waka tintis, choquelas y se dice que su larga nariz es un símbolo fálico. También está asociado a la fertilidad.
La rutina de Dios de la alegría dura alrededor de seis minutos y demanda mucho esfuerzo físico. Durante ese tiempo se relata la historia de cómo uno de los kusillos decide jugar una broma a sus compañeros disfrazándose de zorro.
La primera parte de la pieza muestra la representación de la cacería llevada a cabo por los kusillos que persiguen a su supuesta presa. Después de la persecución, logran atrapar al animal y celebran su victoria.
Sin embargo, al darse cuenta de la burla de la que fueron víctimas deciden asumir venganza y burlarse del kusillo.
Eduardo Maceda, que le da el toque de hip hop y breakdance a la presentación, cuenta que fue una experiencia muy satisfactoria fusionar lo nacional y moderno.
"Es un personaje alegre, molestoso, travieso y acrobático. Su figura ha ido evolucionando con el tiempo. Esta fue nuestra forma de mostrárselo al público”, explica.
Por su parte, Erika Lima, dedicada a la práctica danzas folklóricas y clásica, vivió su primera experiencia con el hip hop gracias a Dios de la alegría.
"Es muy demandante físicamente. Las posiciones y el esfuerzo que implica. Es muy diferente a otros tipos de danza, sin embargo, se convirtió en un desafío que implicó mucho aprendizaje”, afirma.
Sus compañeros Ariel Enríquez, dedicado a la danza árabe, y Bryan Quiñones, estudiante de breakdance, concuerdan en que fue todo un aprendizaje sobre el mundo del kusillo a la hora de entender sus movimientos y su historia.
"No se trata de combinar cualquier género con los personajes, sino que tengan algún tipo de similitud entre ellos. En este caso la energía y los movimientos acrobáticos”, apunta.
Según Arandia, en la actualidad se están separando los lenguajes, en este caso los ancestrales, que forman parte de la historia de Bolivia y los que los jóvenes prefieren a la hora de buscar su identidad.
Por ello, según la concepción de Arandia, el uso de música moderna y actual, aunque sea foránea, puede servir como puente para despertar mayor interés de los jóvenes por su cultura.
"Ritmos como el hip hop tienen mucha fuerza en la juventud. Los jóvenes están ‘hambrientos’ de identidad y adoptan lo que les presenta el sistema y los medios de comunicación . Lo que nosotros estamos haciendo es darles una alternativa de conocer lo que tienen en su país a través de un ritmo que les llama la atención”, concluye la directora de la agrupación.
Contenido ritual de la danza
Para el antropólogo y jefe de Extensión y Difusión Cultural del Museo de Etnografía y Folklore, Milton Eyzaguirre, estas expresiones son favorables en un mundo globalizado, porque se van integrando personajes antiguos a las danzas contemporáneas, pero ello no es lo adecuado.
Sin embargo, afirma que "lamentablemente éstas son representaciones descontextualizadas, porque el kusillo es un personaje que aparece en las danzas agrícolas y en determinada época del año. Es muy difícil que en las danzas contemporáneas muestren el contenido ritual que tiene la danza como su ejecutante”.
Para Eyzaguirre, no se puede generalizar el tema de los gustos de la juventud, ya que existen investigaciones sobre las danzas y sus personajes en Bolivia llevadas a cabo por estudiantes universitarios.
La directora de ArtEstudio, Guiomar Arandia, considera se trata de ahondar en la historia de los personajes bolivianos a través de un ritmo que les gusta.
"Algunos chicos del elenco no conocían ni al personaje, pero como investigamos su historia, descubrieron que no hay que salir del país para hallar un personaje que tenga fuerza, ritmo y haga acrobacias”, sostiene.
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