La colección de Elizabeth Mendoza (54) comenzó cuando tenía 17 años de edad primero como un pasatiempo; pues le gustaba mucho las artesanías pero con los años el acopio de artesanías se mantuvo, sin reparar en gastos ni en esfuerzos por conseguir cada pieza que conforma su gran colección de lo que considera la recopilación de las mejores muestras de artesanía.
Muchas de ellas son compradas, regaladas, donadas y hechas por ella misma en su oficio como artesana. Ella tiene la esperanza de poder encontrar un espacio adecuado para abrir las puertas al público brindando la opción de que los tarijeños puedan deleitar su mirada con la minuciosidad, detalle y trabajo para la elaboración de estas muestras artesanales que representan varias tradiciones.
Este museo simboliza la pasión y gusto verdadero del trabajo arduo de una artesana en porcelana fría que logró destacar en su oficio a nivel nacional. Como bien dice el dicho “nadie es profeta en su tierra”. Mendoza lamenta que para subsistir ganando todo ese reconocimiento a nivel nacional tuvo siempre que asumir que en Tarija no lograría sobresalir.
Con esta idea clara es que se encuentra realizando constantes viajes a los nueve departamentos del país para participar en ferias artesanales y dar cursos en la elaboración de artesanías en porcelana fría, siendo además reconocida como la creadora de una masa comestible con la cual realiza arte decorativo en magdalenas o pequeños pastelillos.
“Pueden encontrar en esta colección piezas hechas en corcho, vidrio, piedra, papel, barro, chala, la artesanía es un arte, algún momento lo voy a abrir al público seleccionando cada pieza desde lo que es mío porque las mejores artesanías son para el museo, diferenciando además lo que es comprado, en definitiva tengo trabajos lindos que no tienen precio”, afirma Mendoza.
Artesanía típica para Tarija
Pequeñas obras de arte buscando realismo en los detalles, cada hoja de parra, racimos, canastas de comadres, rosquetes, empanadas blanqueadas, tamales, humintas, todo luce un particular detalle que es realmente digno de apreciar, así lo simboliza en sus obras “Tarija en pequeñito”, una chapaca con su olla de tamales cociéndose las chirriadas en la piedra caliente, una canasta con rosas pascuas botellas de vino patero, dama juanas y tantos otros detalles.
Abrir mercado para la artesanía tarijeña continúa siendo un problema pues la lucha es ir creciendo de a poco en la aceptación a nivel nacional, sin embargo al turista extranjero le gusta muchísimo este tipo de trabajos pues quedan encantados por la minuciosidad en los detalles de cada pequeña obra que lucen en las diferentes ferias de exposición en Bolivia.
En Tarija se realizan sólo dos exposiciones anuales en los meses de julio y noviembre en la Casa de la Cultura donde muchas personas adquieren las artesanías típicas de Tarija como un recuerdo.
Compartiendo conocimiento
Elizabeth Mendoza, artesana en porcelana fría, desde sus 20 años comenzó a poner empeño en la adquisición de conocimientos para la realización de artesanías pues estas simplemente le maravillaban.
“Me gusta hacer muchas cosas, siempre querendona de lo que es Tarija realizo artesanía típica para que la tradición y la cultura de Tarija no se pierda, después voy a ferias de arte decorativo que son con la modalidad hágalo y llévelo con gran aceptación en Cochabamba, Potosí, Santa Cruz, Oruro y pronto iré a Quillacollo”, comenta Mendoza.
Ella hace 34 años está dedicada a la artesanía y tiene 25 años creando, además posee un gran muestrario de obras de arte típico regional. Mendoza logró consolidar sus creaciones de parrales, uvas, chapacos y chapacas logrando la autoría de estas piezas por lo que solo ella puede realizarlas.
Los retos para la elaboración son bastantes, la porcelana no es un material tan fácil de utilizar, asegura la artesana ya que el trabajo no da margen al error, no se puede rehacer ninguna pieza por lo que la precisión y rapidez son determinantes.
Destaca además el colorido de cada pieza en porcelana pues con el tiempo pudo mejorar la técnica del color utilizando desde acrílico para pintar en tela, colorantes vegetales hasta oleos para dar la tonalidad más encendida para los trabajos.
“No sólo hago artesanía típica en porcelana sino también árboles bonsái, muñecos y flores en tamaño natural. Siempre me gustó la artesanía desde que tengo memoria lastimosamente mis padres no se dieron cuenta de lo que podía hacer por lo que me capacité sola, tomando varios cursos pero toda artesanía que expongo y vendo salen de mi cabeza”, asegura la artesana.
Mostrando siempre lo típico de Tarija la artesana es muy valorada y requerida para dar cursos pues se reconoce la calidad del trabajo que realiza, ejemplo de este hecho es el ser parte hace dos años del programa Agenda Femenina que es transmitido por el canal 7 a nivel nacional.
“Doy cursos en los 9 departamentos, casi no para en Tarija, apenas llego me tengo que ir de nuevo, trabajo además con alcaldías, gobernaciones ya que en el tema de dar cursos el objetivo es el de ofrecer conocimiento para que otras personas puedan optar por un oficio que les permita sobrevivir económicamente”, cuenta.
La masa comestible le valió mucho reconocimiento a nivel nacional sobre todo en Cobija, Riberalta y Trinidad, emplea la técnica de decorar las magdalenas con masa flexible que la artesana tarijeña comparte dando cursos en ferias de arte decorativo y a niños para ayudarlos a mejorar su motricidad fina.
“Este es un arte que me interesa compartir con otras personas para que despierten porque tenemos el talento dormido. Si eres excelente en lo que quieras hacer en la vida te va bien”, manifestó la artesana tarijeña Elizabeth Mendoza.
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