En 2013, un proceso participativo y competitivo definió la elección del nuevo director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN). En la gestión siguiente, uno de sus retos es ampliar su repertorio a otros géneros.
A la hora del balance del año que termina, Flavio Machicado, director ejecutivo de la Fundación Orquesta Sinfónica Nacional, no duda en destacar como un hecho significativo la elección del nuevo director titular del elenco oficial, por primera vez “de manera democrática”, con la participación de los músicos del elenco, lo que le dio “legitimidad al proceso”.
En efecto, en abril de este año concluyó un proceso que se inició con una convocatoria pública internacional para cubrir el cargo de director titular. En la última fase, los tres finalistas dirigieron conciertos públicos que fueron calificados por un jurado especialmente designado y por representantes de los músicos de la orquesta. El elegido fue el joven director boliviano Mauricio Otazo.
Para Otazo —quien acaba de cerrar su primera temporada al mando de la OSN dirigiendo el Mesías de Hendel en dos funciones que llenaron el Centro Sinfónico Nacional—, el año que termina estuvo marcado por dificultades y aciertos.
El problema mayor fue el inicio tardío de la temporada —en abril, precisamente después de su elección—, con una programación parcialmente ya definida.
Los aciertos son musicales, como la apertura de la programación a otros géneros. Sus ejemplos de esta apertura son contrastantes. Por un lado la OSN interpretó música barroca —el ya citado concierto de cierre— y por el otro se abrió al rock con el espectáculo Pink Floyd Sinfónico.
Por su trascendencia, para Otazo también fue importante el concierto dedicado a Richard Wagner en el bicentenario de su nacimiento. “Wagner —dice el director— ha sido particularmente difícil. La orquesta no había tocado anteriormente obras suyas, que son muy demandantes musical y técnicamente. Ha sido un reto para todos, pero creo que se ha logrado buenos resultados”.
También para Machicado la ampliación del repertorio es uno de los retos de la OSN. Esa ampliación está estrechamente relacionada con la conquista de nuevos públicos para el elenco sinfónico. “Una cosa importante es entender —comenta— que no hay un solo público sino muchos públicos, y no son homogéneos. Existen diferentes inquietudes que hay que satisfacer. En esta gestión Mauricio (Otazo), de alguna manera, ha heredado un repertorio; pero ahora existen las condiciones para el desarrollo de una nueva programación. Haremos todo lo posible para que ese repertorio sea lo más amplio y pluralista posible. Hay que ponerle el pluralismo a la pluralidad”, remarca el director ejecutivo de la fundación.
La elección del nuevo director titular fue una muestra de la fortaleza de la institucionalidad de la orquesta sinfónica. Sin embargo, según Machicado hay que seguir buscando objetivos ambiciosos. Para 2014, por ejemplo, para él es necesario comenzar a trabajar en el desarrollo de un sistema sinfónico nacional y también de un sistema sinfónico juvenil.
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