Con esa frase, Benito capturó la atención de una señora que pasaba por su negocio, a quien le dijo que su esposo horas antes había encargado una compra, luego de risas y una charla amena convenció a su potencial compradora y le vendió algo de café.
Minutos después, un varón pasaba por el stand y le dijo: "joven, joven… te invito, probá", y le ofreció una porción de licor de café, minutos después, en medio de un corto, pero cordial diálogo logró vender otro de sus productos.
El atento comerciante dijo que la amenidad y el buen trato, ayudan a mejorar el negocio y con esa experiencia de vida, asegura que le va muy bien en la venta de café, mermeladas, apis de diferentes variedades, refrescos de linaza, cebada, coco y un preparado multivitamíni
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