Serpentino, una de las obras en exposición, representa una serpiente tallada en piedra arenisca, la cual tiene una estructura particularmente delgada, pues llega a medir tres milímetros.
Condarco explicó que su objetivo es llegar a expresar la libertad y la espiritualidad en las piedras, por ello busca que sean ligeras y livianas. "Deseo mostrar mucha fluidez, sólo así se llega a la espiritualidad de la piedra”, dijo.
El artista, oriundo de Corocoro, municipio de Pacajes del departamento de La Paz, trabaja en su taller ubicado en la zona Villa Dolores de la ciudad de El Alto. Vivir en la urbe alteña ha influenciado "de alguna manera” en su filosofía de vida y su forma de expresar su arte, admitió.
La pieza que más satisfecho lo dejó es Agua, que es una obra que ilustra el cuerpo de una mujer embarazada que representa la vida; con ella obtuvo el Premio Plurinacional Eduardo Abaroa 2012.
En su etapa universitaria, Condarco trabajó con la temática de animales, como serpientes, aves o peces, luego se interesó por la figura humana, sobre todo el torso femenino.
Posteriormente fue influenciado por el diseño ancestral en la arqueología de Huancarani, Tiwanaku y la cultura chiripa.
Actualmente el artista atraviesa una etapa que denomina "de estilización y síntesis”, es decir, lleva una figura a su máxima simplicidad. "Hago uso de una forma abierta expandiendo las extremidades de la pieza hacia el espacio, expresando elementos con fuerza y movimiento”, explicó el escultor.
Condarco expone también una pieza llamada Repartiendo quinua en la exposición colectiva La quinua, el grano de oro desde el arte, que estará abierta hasta el 28 de septiembre en el Museo Nacional de Arte.
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