Con orgullo la comunidad educativa de lo que otrora fue la Escuela de Bellas Artes de Oruro, hoy el ISBA, inauguró la exposición impulsada por los hijos del artista, Juan y Rolando Rovira, que con esfuerzo hicieron llegar los cuadros desde Suiza donde permanecían, a la espera de ser expuestos, pero por primera vez se dan a conocer en la institución que fue parte de la vida del maestro.
"Esta exposición la planificamos desde hace dos años, estos cuadros estaban en Suiza, y casi no existe la obra de mi padre en Bolivia, entonces las tenía en ese país, para una posible exposición y, como tenía trabajo, esos cuadros estaban guardados para cuando venga a Bolivia", manifestó Rolando Rovira.
José Rovira Vilela nació en la ciudad de La Paz el 19 de marzo de 1919, desde sus primeros años mostró pasión por el arte, cuando contaba con 15 años, la ciudad de su nacimiento le vio también nacer al arte, ganando su primer galardón, una medalla y diploma del concurso de Artes Plásticas convocado por la Unión Femenina de Educacionistas.
Fue un artista completo, pues además de pintar, también hacía música, y quién mejor para hablar de Rovira que el pintor, músico y compositor, además de catedrático de la Academia de "Hernando Siles" de La Paz, Ismael Lizme Castro, quien expresó: "Es hermoso observar el desnudo de los paisajes ante los ojos acuciosos de José Rovira, quien supo beber de la savia cromática que ofrece este conglomerado vivo de la naturaleza. Los habitantes de esta tierra son de plena importancia para la paleta de Rovira, éste no duda en conseguir tonalidades y transmitirlas al papel, para ofrecer este manjar a los ojos críticos de los observadores, resultando así, cada obra, una excelente lección de arte".
Asimismo, señaló que la espontaneidad y limpieza de la mancha de color en las acuarelas del maestro Riviera, lleva por los caminos impresionistas de Sisley, Pizarro, Sorolla y otros grandes que nos hicieron comprender, que más allá de una realidad visual, todo tiene un trasfondo escondido, pero que abre sus pétalos a los poetas, pintores y músicos que tuvieron un encuentro piel a piel con dichos elementos.
"José Rovira está presente físicamente y entre nosotros, estamos rodeados por José Rovira, nos observa a través de la ventana de sus cuadros, y espera como en sus mejores tiempos, disfrutar de su exposición, nos abraza y agradece que compartamos su festín pictórico, por nuestra parte, simplemente le decimos, gracias maestro por dejarnos beber de su eterno néctar que vivirá por siempre entre no-
sotros", fueron las palabras emotivas de Lizme dedicadas al grande de la acuarela boliviana.
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