Precisamente, Mondacca interpreta a ese Felipe que se mezcla con gente del bajo mundo, que frecuenta la vieja taberna, que vive su propio infierno y que hace de la vida una fiesta cada vez que recuerda que no está atado a ningún sueño.
Con un tratamiento estético que transporta a La Paz suburbana, la de la noche misteriosa, con esos personajes que poblaron el complejo universo ‘saenziano’, el público presenció una gran obra. Mondacca fue reconocido al final de la puesta por sus 40 años de teatro bien vividos
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