"De niños hemos sido titiriteros, hemos dado voz y vida al objeto más concreto, hemos contado historias, hemos inventado mentiras, hemos tenido amigos imaginarios, entonces la capacidad lúdica es cosa natural, el niño maneja lo que los actores buscan manejar, las técnicas hablan del famoso si mágico, si yo fuera Calígula cómo sería, si yo fuera Batman cómo sería, el niño va más allá, el niño dice soy Batman", expresó el reconocido actor, que hoy cierra el encuentro, con la obra "Amores que matan".
Señaló que los niños tienen a flor de piel el asombro y manejan el si mágico, casi todas las técnicas de actuación están orientadas a despertar al actor y hacerlo consciente de su capacidad de asombro que está adormecida, quien actúa en el escenario es un niño consciente, "en realidad el teatro es un juego llevado al extremo, el juego tomado enserio".
Mondacca además está realizando un taller con jóvenes artistas, con el objetivo de un encuentro y un recuentro, porque considera que un taller sirve para reubicarse.
"El asunto grupal es importante, esto del contacto con el otro siempre esclarece, ayuda, uno puede tener mucha experiencia, pero un taller siempre enseña, tiene que estar orientado a canalizar el entusiasmo, hemos descubierto que los talleres hacen que la gente se acerque, se conozca, se manifieste, se exprese", dijo.
Explicó que el taller que desarrollan es muy corto, ya que son tres días, pues él dicta un taller de 10 días que se denomina "Ser o no ser actor", que tiene buenos resultados, con la formación de grupos que se independizan, porque en el taller, la gente aprovecha para conocerse y descubrir que muchos tienen el mismo ánimo.
"Esencialmente para hacer teatro hay que tener una dosis muy fuerte de cariño por las cosas, porque el teatro exige esa entrega y no puede haberla si no hay un amor al querer contar historias y de querer vernos reflejados en el otro, que es lo que busca el actor", expresó.
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