Rosmery Mamani, de 28 años, es la invitada de honor en el Salón Internacional de Pastel en Tournus, Francia. En esa ciudad el público podrá apreciar el trabajo de la boliviana durante tres meses junto con otras 300 obras de artistas reconocidos.
“Al principio no tenía ni un centavo, pinté mis primeros cuadros con Bs 2. En la Feria 16 de Julio compraba materiales reciclados, una tiza costaba 50 centavos, el papel de madera Bs 1 y con eso pinté mis primeros retratos”, recordó Rosmery Mamani Ventura, la artista que nació a orillas del lago Titicaca y a sus 14 años migró a El Alto para buscar un empleo.
“Vine a trabajar de empleada doméstica, como toda muchacha de comunidad, y ese es un aspecto de mí que muchos no conocen”, comentó. En el colegio odiaba las artes plásticas hasta que en su último año de Secundaria conoció a un profesor que cambió su parecer. “Empecé a retratar a una de mis compañeras y ése fue un momento clave para que yo tome la decisión de pintar”, recordó.
Para ella, el arte plástico comenzó como un pasatiempo y entre todos los materiales eligió al pastel por el tipo de contacto que le brinda. “Es una técnica muy hermosa, sutil y delicada porque pintas con los dedos. Hay un contacto directo con el pigmento, hay otras sensaciones y una comunicación más cercana con el material. También es pulcro, a diferencia del óleo”, explicó Mamani.
En 2005 ingresó a la Escuela Municipal de Artes de El Alto, lugar donde conoció a su mentor Ricardo Pérez Alcalá. “Me enseñó que uno debe ser sincero con lo que hace, no mentir y trabajar día y noche para lograr sus sueños”, afirmó la artista.
Pérez Alcalá es considerado uno de los mejores acuarelistas y pintores de Latinoamérica. Gracias a su trabajo, recorrió varios países como México, Italia, Francia e Inglaterra. “Estaba seguro de que en una ciudad con un millón de habitantes tenía que haber un gran talento y, felizmente, descubrí a Rosmery”, comentó el maestro de la acuarela, oriundo del departamento de Potosí.
Para Pérez Alcalá, Mamani es una persona privilegiada porque tiene una voluntad inquebrantable y es consciente de lo que tiene. “Es una mujer inteligente y va a lograr mucho porque es una persona leal, con sus maestros, con la pintura y con todo lo que hace”, añadió el artista potosino, quien además asegura que tiene planes a futuro para no perjudicar lo que la vida le tiene deparado para él.
Al observar los retratos de Mamani, uno reconoce en ellos rostros indígenas y paisajes andinos retratados hasta con el más mínimo detalle. “Es mi gente, es mi pueblo. A mí me encanta retratar sus rostros, creo que algunos artistas bolivianos lo han hecho pero no se han enfocado en esa parte humana de la gente”, manifestó la maestra del pastel.
El contacto con ese pueblo es una de las experiencias más satisfactorias. “Yo retrato mujeres de la calle, personas que piden limosna y con ellos tengo contacto directo porque para hacer un buen retrato debes hacer sentir a la persona viva. Son personas sabias, sentir lo que ellos sienten y plasmarlo en mi obra es mi mayor regalo”, explicó Mamani. Sus pinturas estarán en Francia entre el 28 de julio y el 15 de septiembre.
Los nuevos desafíos de la pintora
Rosmery Mamani aún no tiene listas las obras que llevará al encuentro en Tournus, en Francia, que ha requerido 18 cuadros exclusivos. Por el momento, la pintora se encuentra trabajando junto con el cineasta Juan Carlos Aduviri para recuperar la Escuela Municipal de Artes de El Alto, donde ella inició su recorrido por la senda del arte.
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