El inmueble, declarado monumento histórico mediante la Ley Municipal 017/2012-024/2012, corre el riesgo de convertirse en un estadio de fútbol. El proyecto impulsado por el Servicio Departamental de Deportes se encuentra en su etapa final y la institución planea presentárselo al presidente Evo Morales. También podría quedar seriamente afectado con la construcción de una de las paradas del teleférico.
Ante esta amenaza, ciudadanos, intelectuales y artistas buscan retomar un proyecto iniciado en 2009, que proponía convertir la estación de ferrocarriles en un espacio para el arte.
“Ese año, el ministro de Culturas, Pablo Groux, nos ayudó con el préstamo de algunos espacios de la estación para exponer unas obras de la Bienal SIART. Entonces surgió la idea de convertir el edificio en un sitio para el arte contemporáneo; la idea fue respaldada por Groux”, contó Norma Campos, directora de la bienal.
La gestora solicitará este año usar nuevamente esos ambientes para la bienal que se realizará en octubre. “Ojalá que el edificio no se convierta en un estadio porque la ciudad perdería una parte importante de su historia”, agregó.
Esta mirada coincide con la del arquitecto Gastón Gallardo y la del historiador Fernando Cajías. “Nuestra Estación Central era un sitio de paso, su andén lateral permitía a los trenes seguir con el viaje. Sin embargo, el edificio es una representación valiosa. Dentro de la estación hay un conjunto de viviendas de modelo típico de estación ferroviaria inglesa”, comentó el arquitecto.
El edificio fue creado en 1930 por el arquitecto Julio Mariaca Pando y responde al estilo neocolonial. Su edificación se realizó con la indemnización que recibió Bolivia tras perder la Guerra del Acre contra Brasil (1899-1903). “Si trabajamos en la conservación del edificio y de sus otros espacios se pueden hacer salas y centros culturales”, propuso Cajías. “Esta estación tiene una importancia histórica muy grande, pues es testimonio de todo lo que se ha vivido durante el siglo XIX. El ferrocarril siempre fue el sueño del progreso y desarrollo y aunque llegó muy tarde a nuestro país, fue muy histórico en la primera mitad de siglo XX con su llegada Arica - La Paz”, agregó.
Cajías recordó que el Estado tiene la obligación de proteger el patrimonio y sugirió replicar las iniciativas de los municipios de Uyuni, Guaqui y Viacha, que han convertido en museos a los sitios por donde pasó el ferrocarril.
Para Gallardo, la estación de trenes paceña forma parte de la construcción de la ciudad, pues refleja esa parte de la vida que ha tenido la ciudad en su momento. “Hoy no tenemos trenes, pero la estación nos está poniendo de recuerdo la época del siglo XIX en la que el tren era lo más importante, creo que debería preservarse esa memoria”.
Según Ximena Pacheco, responsable de la Dirección de Patrimonio de La Paz, el edificio se encuentra celosamente cuidado. “Entiendo que depende del Gobierno central, pues hace meses queríamos inventariarlo y nos negaron el permiso”, señaló.
Al ser un monumento histórico de la ciudad, explicó, los propietarios deben coordinar con la Alcaldía cualquier intervención que se realice en el inmueble. “Las técnicas que tienen que utilizarse en edificios como el de la estación son únicamente de restauración”, señaló.
Consideró que “ningún proyecto nuevo, sea la construcción del estadio o la parada del teleférico, debería pretender destruir este tipo de referentes”.
El director del Servicio Departamental de Deportes, Alberto Alvarado, explicó que el proyecto de construcción del estadio ya está finalizado.
“Vamos a abarcar siete hectáreas, lo que implica que tendremos canchas adicionales al estadio”, mencionó.
“El arquitecto que elaboró el proyecto asegura que se va a mantener sólo la portada porque tampoco hay otra cosa que conservar”, señaló Alvarado.
Surgen defensores de la estación
A principios de marzo de 2012, ciudadanos crearon en Facebook el grupo “La estación de trenes, ¿al basurero?”, con el que buscan preservar el inmueble histórico.
Desde entonces el sitio se ha convertido en un portal que ha denunciado el constante desmantelamiento de los rieles de la estación y a través de fotos ha reflejado el mal estado del edificio patrimonial.
El grupo está liderado por la docente Mónica Navia y el ex director de Patrimonio David Aruquipa.
“El grupo ha ido creciendo en número de inscritos. Queramos hablar con el ministro de Culturas, Pablo Groux, para ver si tiene interés en conservar este edificio, pues realmente somos gente a la que le preocupa perder esta parte de nuestra historia”, dijo Navia.
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