“Este interés lamentablemente no se replica en otras áreas como las artes escénicas”, dijo. Pues en los últimos tres años el registro de obras de teatro, danza y cine no llega ni a 20.
No es que no haya producción. Los artistas señalan que el tiempo que demandan los trámites y el costo de la inscripción en este registro son las principales causas que les impiden proteger sus obras. Mientras que otros, por el contrario, prefieren registrar sus creaciones en el exterior.
“El incremento del registro de obras se da porque hay más conciencia de la ciudadanía para proteger sus trabajos intelectuales”, explicó Villegas.
En 2010, la institución inscribió en su registro 153 trabajos de música y 717 obras literarias. Estas cifras subieron en 2011, pues en el área musical inscribieron 175 piezas, mientras que en el área de literatura 900. En 2012 se inscribieron 238 piezas musicales y a 1.104 creaciones literarias. “Esto refleja el incremento del 51%”, indicó.
Para algunos músicos y escritores este aumento en los registros del Senapi representa un crecimiento de la producción de sus sectores. “Los datos reflejan de alguna manera la dinámica de producción que hay en Bolivia. El país tiene una gran tradición viva y además hay nuevas generaciones que están produciendo”, explicó el poeta y escritor cruceño, Gabriel Chávez.
El autor agregó que a pesar de la falta de incentivos en la producción literaria por parte del Estado, las editoriales nacionales realizan importantes esfuerzos para publicar obras de escritores del país.
En Bolivia, los artistas están protegidos por la Ley 1322 de Derechos de Autor. La norma, promulgada en 1992, dispone la creación del Senapi para evitar daños como el plagio.
Ariel Mustafá, representante de la editorial paceña Gente Común, ve este incremento de registros de obras literarias como “muestra de un crecimiento sostenido del sector desde hace varios años”.
Sostuvo que otra causa para el incremento de inscripciones de las obras en el Senapi es la conciencia de los autores. “Hoy, los autores ven importante el tema de la formalidad, eso significa que se acercan más a los espacios legales para registrar y proteger sus obras. Antes muchos no veían este paso como importante”.
Tal es el caso del escritor paceño Manuel Vargas, autor de 15 títulos, y quien admite que nunca los registró el Senapi. “Entiendo que cuando uno publica una obra está totalmente protegida por las normas bolivianas”, explicó. Además, contó que sólo registra sus obras en el Repositorio Nacional.
Al respecto, Villegas explicó que aún existe una confusión entre las funciones del Repositorio Nacional y el Senapi. “El depósito legal sólo es el permiso de circulación nacional y no representa la protección de los derechos de autor ”, dijo.
Es probable, señaló Villegas, que esa confusión haya provocado que en estos últimos tres años el Repositorio Nacional registre más obras literarias y musicales que el Senapi. Por ejemplo, en 2012 esta instancia registró 4.190 obras literarias y 163 trabajos, entre discos y videos musicales. “En estos últimos años se ha incrementado más el interés de inscribir las obras”, dijo Rogelio Callisaya, del Repositorio Nacional.
Diferente panorama se observó en el registro de teatro, pues en tres años sólo se inscribieron dos obras. Según la directora y actriz Verónica Armaza esa cifra no refleja la realidad de la producción. “Lo que ocurre es que hay muchos autores que no tienen la costumbre de registrar sus obras”, aseguró.
Hubo un auge musical
Alex Rodríguez, representante del grupo folklórico Bonanza, indicó que el incremento de obras musicales refleja el crecimiento de la industria. “De alguna manera ha crecido la producción de materiales musicales y en especial vivimos el boom de la morenada”.
En tanto que el compositor Donato Espinoza expresó que es positivo que los autores registren sus obras, pero que falta consolidar en el país una cultura de la protección de los trabajos.
1.104
obras literarias fueron registradas por sus autores el año pasado en el Senapi.
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