La residencia en el Kiosko y Federico Lamas. "El espacio de residencia empieza como algo forzado, como obligarte a ocupar ese tiempo en algo, pero se va liberando y termina siendo ese momento perfecto para hacer algo", señala Lamas como “background” a lo que fue su proceso de trabajo para lograr Picante de Lengua, Lamas se entero de la residencia del Kiosko en Sao Pablo gracias a que conoció a Raquel Swartz (directora), esta sería la tercera que hace en su carrera pero el artista tuvo trabajos muy diversos como en video donde expande su universo a ilustraciones y de ahí a un libro. Esto le pasó con “Vete al Diablo” (libro en ilustración '3D' ya conocido en la ciudad). O trabajos en donde combinó todo junto en una pieza, como es su instalación “Sandra” (2011).
Lamas comenzó en el mundo del arte a los 15 años filmando y después estudió “Diseño de Imagen y Sonido” en la Universidad de Buenos Aires, donde se involucró en todos los roles de filmar, editar, postproducir, etc. "Fui sumando herramientas de otras disciplinas, diseño, ilustración, VJ, artes de discos", señala y añade para finalizar: "Me siento más libre en ese sentido, porque primero llega a la cabeza la idea que sea, y ahí puedo sortear la disciplina en donde puedo exprimirla mejor o simplemente donde me sale mejor".
Picante de Lengua. La prestigiosa “Enciclopedia Popular de El Lingüista Anónimo” (al servicio de la Real Academia Española) encargó a Federico Lamas la investigación del término “Picante de Lengua” en su triple acepción: gastronómica, discursiva y sexual. "Busco pruebas de sus otros usos y de sus posibilidades a futuros. A mí me incentiva a hablar como queremos, no hablar mejor por hablar mejor. Sino a decir las cosas como queremos decirlas", finaliza.
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