Tiene ya cuatro décadas sobre las tablas, aunque en rigor a la verdad comenzó antes, cuando en la escuela declamaba poesías, alentada por su mamá. A los 11 años ingresó a la Academia Man Césped, en Cochabamba, y apenas egresó participó con el grupo de teatro Kanata, en el Festival “Julio Travesí”. Ahora dice sentirse satisfecha con todo lo que ha hecho, aunque le apena no poder hacer todo lo que quisiera y andar peleando, hace más de tres años, por espacio en el Teatro Municipal. Zenobia Azogue Crespo recibirá este jueves un homenaje por su trayectoria en el Espacio Simón I. Patiño, promovido por el Centro de Documentación en Artes y Literaturas Latinoamericanas (Cedoal), a partir de las 19.00.
RECUERDOS DE 40 AÑOS. Su primer papel fue de nodriza de Fedra en la obra homónima, de Miguel de Unamuno. “Tenía que interpretar a una mujer de 75 años, siendo una adolescente. Era una responsabilidad muy grande, porque Cochabamba era el centro del teatro, en Bolivia, pero lo logré”.
Luego incursionó en las zarzuelas. Participó en La rosa del azafrán y Agua en las manos, dirigidas ambas por una pareja de artistas españoles que trabajaban en el Instituto Jaime Laredo.
Más adelante, de regreso en La Paz, en donde nació, se acercó al entonces alcalde Mario Mercado Vaca Guzmán. Él aceptó su propuesta y así inició el Taller teatral para niños, dependiente de la Casa de la Cultura, pero con las clases en el Teatro Municipal. “Fue un trabajo muy lindo, fue mi primera experiencia de trabajar con niños, pero aprendí mucho también trabajando con ellos”. Las madres los llevaban para que perdieran la timidez, pero una vez que se soltaban “acababan siendo los más terribles; hablaban e intervenían en todo”.
COMPAÑÍA DE TEATRO LA MUECA. En 1981 fundó su propio elenco teatral, que se mantiene vigente hasta el presente, con distintos integrantes. Comenzaron con Mónica y el florentino, del venezolano Isaac Chocrón. “Me costó mucho armar el elenco, porque mucha gente vino con muy buena voluntad y predisposición, pero otros con ciertos hábitos que no iban conmigo en lo que yo había visto en cuanto a dirección y a lo que quería hacer”.
Además de sus actividades como actriz y directora, desempeñó diversos cargos relacionados con la cultura, como directora de la Escuela de Interpretación Poética, del Instituto Boliviano de Cultura, y del Teatro Modesta Sanjinés, de la Casa de la Cultura Franz Tamayo, de La Paz. En la actualidad es presidenta de la Asociación Boliviana Pro Arte.
UNA VISITA POSTERGADA LE ABRIÓ PUERTAS IMPENSADAS. En los 80, merced a una beca, fue a estudiar Dirección de Teatro en La Sorbona (París, Francia). Allí conoció al entonces Agregado Cultural de la Embajada de Ecuador, Adalberto Ortiz, quien le propuso presentar poesía boliviana dramatizada en la Casa de la América Latina.
El acceso a ese ambiente se obtenía mediante aval de la embajada de su país. Ella fue postergando la visita a la legación, mientras Ortiz le insistía. Finalmente se animó e hizo la visita. Semanas más tarde, en junio de 1981, estaba presentándose en la Casa que, asimismo, le abrió las puertas de actuaciones en Madrid.
“Creo que no debemos pensar que somos menos que nadie. Tenemos una capacidad para hacer algo y debemos hacerlo”.
“En Europa aprendí que los grandes actores de teatro son las personas más responsables; y todas, muy sencillas y solidarias”.
“Me costó mucho armar mi elenco propio, porque mucha gente vino con ciertos hábitos que no iban conmigo y con lo que quería hacer”.
Zenobia Azogue /ACTRIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario