“Evidentemente este es un problema de gran envergadura por la simple razón, que hace siete años se logra este convenio por medio del sector artístico. Este espacio se ha vuelto tan exitoso que se ha convertido en un referente nacional, porque da lugar a expresiones artísticas contemporáneas incluso utilizando la plazoleta que está contigua al espacio, donde se han hecho conciertos y festivales con amplia participación ciudadana”, afirmó Antezana.
La Manzana 1 es una galería de arte que funciona sin fines de lucro. Hace siete años, Ejti Stih, la también pintora Vania Carvallo y el escultor Juan Bustillos asumieron la dirección de este espacio para exponer distintas expresiones artísticas, entre ellas, pintura, escultura, fotografía, instalaciones, diseño gráfico y artes aplicadas. Este espacio también acoge exposiciones temáticas, como carnaval, teatro, niños, folclore, historia, no videntes y fotoperiodismo.
“La Manzana tienen 1.000 visitantes mensuales en sus exhibiciones, es un dinamizador societal, es fuente de vida comunitaria, es un punto de integración, como son todos los puntos o centros culturales de Bolivia. Es muy importante la función que ha cumplido hasta hora, en cuanto a los logros que ha alcanzado Santa Cruz en temas de gestión cultural”, apunta Antezana.
Ante el notable desarrollo de este proyecto en la ciudad de Santa Cruz, existe indignación ante las acciones tomadas por la brigada parlamentaria, ya que se estría quitando un espacio vital construido por artistas y gestores culturales para convertirlo en oficinas, es decir un lugar en el que la gente ya no podrá ser parte de acciones culturales, ya sean estas artísticas o folclóricas.
Valeria Catoira, miembro del Consejo Departamental de Culturas de Santa Cruz, sostuvo “me parece una falta de criterio que un espacio ganado para la cultura, un espacio que ha sido apropiado por la ciudadanía, que la ciudad sea despojada de este espacio. Esto no lo podemos permitir como trabajadores de la cultura porque la Manzana 1 es un referente muy importante que no se puede perder. Espero que con acción civil se pueda revertir esta situación”.
CASOS
Sin embargo, lo que más preocupa a los gestores culturales es que no se trata de un caso único o una situación aislada ya que estas circunstancias se están repitiendo en distintos lugares de Bolivia.
Al respecto, Antezana señala dos casos recientes de apropiación de espacios destinados al arte desde entes públicos. “Por ejemplo, el museo de textiles de los antropólogos de Asur en Sucre, donde la Gobernación los ha sacado de un espacio maravilloso, un lugar patrimonial, para que se vayan, uno de los más exitosos proyectos de Chuquisaca porque han revalorizado el tejido andino como obras de arte, además de memoria e identidad”, agregó.
Un caso similar sucede actualmente con el teatro de Tarija, que se reinauguró recientemente después de varios años de espera. En esta ocasión, la Gobernación tomó la responsabilidad de que funcione ese teatro, sin embargo este escenario debería esta dirigido por gestores de la Casa de la Cultura, pero la Gobernación no permite este hecho por razones que Antezana cataloga como políticas.
“Sabemos que la Asamblea Departamental de Tarija ha sacado una ley para que la gestión de este teatro esté en manos de la casa de la cultura. Entonces se generan conflictos donde no debería haberlos, cuando el deber del Estado es promover, impulsar, fortalecer iniciativas culturales y a los espacios y emprendimientos de la sociedad civil”, concluyó el gestor.
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