Un ejemplo claro de ello, es nuestra artista de la semana, Dulce Mariel Ponce Céspedes, una orureña con un talento innato, como es el de la interpretación musical. Es pianista, chelista, violinista, baterista. Actualmente es integrante de la Orquesta Filarmónica de Oruro y también pertenece al grupo de violinistas en La Paz. Salió bachiller del Colegio William Booth en el 2007 y hoy estudia Licenciatura en Música en la Universidad San Ignacio de Loyola en La Paz.
LOS INICIOS
Mariel, desde muy temprano, mostró dotes de artista, no por algo su vida con la música y principalmente con el piano comenzó cuando apenas tenía tres años.
"Me encantaba escuchar la música de Richard Clayderman y de los grandes maestros, como Mozart, Beethoven y otros. Comienzo con el piano, las clases me daba un vecino que estaba en la escuela de música, así también aprendí con el profesor Escolástico Rocha, quien también era docente en el Instituto de Música María Luisa Luzio, donde ingresé a los ocho años", indicó.
A los diez años, Mariel logró un certificado como técnico superior en música, otorgado por el Ministerio de Educación, para luego buscar la licenciatura.
Pero no sólo fue atraída por el piano, que para ella es considerada como el padre de los instrumentos porque es versátil y permite crear armonías. También ejecuta otros instrumentos como el violoncelo, el contrabajo, la batería y la guitarra.
El primer concierto de piano de Mariel fue a los diez años, en Santa Cruz, tras participar en un concurso nacional de intérpretes de piano. Ella tuvo la oportunidad de tocar una noche entera en el Conservatorio de Música de esa ciudad.
"Conocí músicos de mi edad y profesores europeos, fue una experiencia agradable donde aprendí mucho", afirmó.
ESTILOS
Tras lograr la madurez musical, Mariel experimentó una serie de estilos musicales, actualmente su interpretación se basa en la música contemporánea, donde expresa al público sentimientos abstractos.
"Es una sensación inexplicable. El hacer música es una alegría indescriptible que no puedes sentir cuando haces otra cosa. Es algo que te completa, que te llena. La música para mí no es un hobby como lo era a un principio, sino que en todo este tiempo se ha convertido en mi pasión, es una forma de mi diario vivir y me siento incompleta cuando no hago música", manifestó.
La satisfacción que siente nuestra artista, es cuando una obra está completamente trabajada y se adquiere una madurez que se conecta a la época de las melodías que se interpretan.
Mariel interpretó varias obras musicales con personas que pensó no iban a estar en su camino, como el maestro alemán, Erwin Von Landswitt, quien llegó a Bolivia para dar clases sólo para profesores de piano y no así para estudiantes, sin embargo, Von Landswitt la vio tocar a Mariel con una maestra sueca e hipnotizado por el talento de la orureña, el profesor alemán la invitó personalmente a su clase.
"A veces los artistas somos incomprendidos porque generalmente somos vistos los músicos como que es un momento para guitarrear o ir a pichanguear con los amigos, pero la música, el arte es mucho más serio y si quieres hacerlo tienes que ser apasionado", señaló.
Uno de sus maestros favoritos es Joan Sebastián Bach, de quien logró tener bases para que actualmente interprete música contemporánea de los maestros bolivianos, Gastón Arce, Oscar García, Oscar Kellemberger.
Nuestra artista no sólo es intérprete, sino también compositora, uno de sus dotes está en el estilo impresionista, algo así como música abstracta, que la compara con la pintura, que al ver una imagen parece una figura, pero al alejar la vista, simplemente son sombras.
"Interpretar esa música es complicado porque tienes que usar atmósferas tímbricas y se tiene que lograr que el oyente sienta que son otros instrumentos. Hacer que el violín suene como el viento o hacer que el cello suene como si fueren pajaritos. Tengo composiciones para piano y para orquesta de cuerdas", explicó.
Mariel dijo que para interpretar una obra, se debe hacer un estudio estilístico, temático e histórico para situarse en el ámbito del maestro que compuso la obra musical.
Nuestra artista tiene como desafíos ser solista del piano, enseñar y trabajar con niños. Ayudar a desarrollar las capacidades musicales que las personas las tienen dormidas por alguna razón. Con todo lo expuesto podemos afirmar que Bolivia, tiene otra Ana María Vera, con la diferencia de que ella es orureña y muy joven, y que con su talento ya tenemos una gran maestra de la música contemporánea, Mariel Ponce, una pianista de oro.
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