Parte del repertorio será el mismo que los músicos ofrecieron el martes en el Teatro Municipal, donde recibieron un prolongado aplauso del público tras interpretar, entre otras piezas, el Concierto para violín No. 5 K219, de Mozart, con una destacada presentación de la violinista española Leticia Moreno, y bajo la dirección orquestal del maestro inglés William Lacey, invitado especial.
Esta noche, los integrantes de la Orquesta de Cámara, cuyo director titular es Armando Vera, compartirán escenario además con los violinistas Ken Aiso, de Japón, y Eric Hosler, de EEUU. También alternará la violista estadounidense Jennifer Stumm, todos referentes mundiales en sus especialidades.
La velada final
El concierto final de esta noche abrirá con Elegía Op. 58, del británico Edward Elgar que, según el programa, “es una visión musical del compositor sobre lo que él observaba como el desvanecimiento del imperio británico para dar paso al mundo moderno”.
Esta parte introductoria de la presentación seguirá con la obra para orquesta de cuerdas Serenata Op. 20 también de Elgar.
La primera parte cerrará con la obra de Kurt Atterberg, Suite para violín y viola Op. 19 No. 1.
Lacey, uno de los más prestigiosos directores europeos de la actualidad, dirigirá la orquesta, que tendrá como solistas a Aiso en el violín y Stumm en la viola.
La segunda parte está reservada para la presentación de Ana María Vera, inicialmente con la obra de Franz Schubert Sonata ‘Arpeggione D821, interpretada junto a Stumm.
Vera cerrará la velada y la segunda versión de este espectáculo interpretando a uno de sus compositores favoritos, Frederic Chopin. Para la ocasión eligió Andante spianato y grande polonaise brillante Op. 22.
“Presentar mi trabajo en Bolivia es lo más grato que me puede pasar, es una sensación de felicidad difícil de describir”, dijo la pianista a Página Siete.
La fundación
En 2011, Vera dejó su hogar y su rutina laboral en Londres para hacer realidad su caro anhelo de consolidar la Fundación Bolivia Clásica, proyecto que tiene el objetivo de apoyar a los niños y jóvenes con talento, “que en Bolivia son muchos”, según matizó .
Su emprendimiento lleva cinco meses de vigencia, en los que los jóvenes elegidos tuvieron la oportunidad de aprender de consagrados maestros extranjeros especialistas en diversos instrumentos.
Inicialmente se trabajó con las cuerdas y el próximo año se planea hacer énfasis en los vientos, según el programa tentativo de la artista, quien se confiesa satisfecha por la respuesta obtenida hasta el momento y que asegura que aún va por más.
Pero además del trabajo académico, Bolivia Clásica incluye el festival anual que comenzó el año pasado con un inédito recital en la Isla del Sol y que este año, además de La Paz, llegó a El Alto y Tarija, en todos los casos con éxito y gran respuesta del público.
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