El arzobispo de La Paz, monseñor Edmundo Abastoflor, aseguró que estas obras de arte religioso “han sido el decoro, el amor a Jesús Sacramentado y a los sagrados misterios, lo que ha llevado al hombre a darle lo mejor que tiene como expresión de su amor”, refiriéndose al variado patrimonio que se conserva en Bolivia.
Asimismo, Teresa Villegas de Aneiva, creadora y directora del Museo de Arte Sacro de la Catedral de La Paz, indicó que esta muestra artística evidencia la importancia de la Iglesia como una de las fuentes más ricas para el desarrollo de las manifestaciones artísticas de siglos pasados.
Agregó, además, que actualmente existen en el país miles de obras de arte sacro, muchas de las cuales se hallan en peligro de desaparecer ya que no todas cuentan con los cuidados necesarios. Por otra parte, el saqueo al patrimonio artístico es constante, debido a la falta de políticas adecuadas.
Entretanto, Juan José Siñani, restaurador formado en la Escuela de Restauración del Cuzco, manifestó: “Nuestros países no valoran la riqueza que tenemos. No hay conciencia de lo que perdemos cada año, es una gran cantidad de obras antiguas y modernas realizadas a mano, obras únicas”.
Usualmente este arte sacro involucra pinturas, imágenes y mosaicos, mayormente era realizado por un maestro pintor, rodeado de aprendices, lo que se constituía en el corazón de esta manufactura.
Este tipo de método es aún usado por el taller “Regal”, un centro artesanal que tiene el objeto de revalorizar el antiguo arte sacro vivido entre los siglos XV al XVIII. Sus integrantes trabajan en la realización de imágenes de tela encolada para hacer el cuerpo de las mismas mientras que la “pasta dura” la usan para hacer la cara, manos y pies de la estatuilla. Con esta técnica se podía transportar imágenes pesadas, con un 20 a 30% de yeso.
La especialidad de este local es producir piezas “únicas”, que son un elemento de arte decorativo, un bello recuerdo con valor artístico y religioso. Asimismo, el taller cuenta con un área de diseño e innovación, buscando que mantenga un toque personal ya que cada imagen va acompañada de su historia, a través de un desglose iconográfico y una oración. Los materiales de tela encolada y pasta permiten que sea liviana y muy resistente. Adicionalmente, el taller restaura la pieza si este sufre algún daño.
El taller busca inculcar valores y revalorizar la tradición cultura boliviana a través de este arte, al mismo tiempo de brindar productos originales, hechos a mano con gran calidad para dar a conocer la cultura religiosa que actualmente no se encuentra en el mercado.
VARIEDAD
En lo que se refiere a imágenes, Siñani señaló que actualmente, en el mercado de Bolivia, se encuentran estatuas de yeso o estuco en su mayoría copia de productos que llegaron de la China o productos importados y en la Chiquitanía están los productos tallados de madera.
“Creo que en tela encolada y plata somos por el momento los únicos en el mercado”, expresa el restaurador.
Acerca de la rentabilidad, comentó que “es buena porque en nuestro país existen numerosos conjuntos folklóricos, como la Asociación de Conjuntos Folklóricos del Gran Poder, la Asociación de Conjuntos Folklóricos 16 de Julio, la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro y otras que entre sus danzantes un gran porcentaje son creyentes y desean tener una imagen en su casa, ya sea como recuerdo o para devoción del Señor del Gran Poder, la Virgen del Carmen o la Virgen del Socavón. Asimismo, existen festividades en honor a las vírgenes de gran envergadura, como ser las de Urkupiña, de Copacabana y de Cotoca donde existe este tipo de festividades, pero también procesiones, romerías y visitas al calvario donde asisten gran multitud de personas”.
Por otra parte, expresó que se tienen fechas religiosas especiales como Semana Santa y Navidad donde las personas buscan adquirir cristos y nacimientos (María, José y el niño Jesús). “Por ejemplo, la fiesta de la Virgen de Urkupiña suele atraer a cerca de medio millón de feligreses y turistas nacionales e internacionales, lo que constituye un hito importante tanto en la vida religiosa y social como en la economía, el folklore y el recorrido turístico en Bolivia. Finalmente, estamos dirigidos a los turistas nacionales y extranjeros con algunos productos”, aseguró.
Se producen en promedio alrededor de tres imágenes al día de un tamaño de 50 cm., “la que más nos costó producir fue la Virgen de Copacabana, esto se debe a que es la que tiene la mayor cantidad de complementos: una corona, una aureola, un balde, un aura, una luna con estrellas y un cetro. Lo que hace que el tiempo de terminado en la realización de la imagen sea mayor”, indicó.
Centros como estos nos hacen herederos de una inmensa riqueza cultural que no se debe perder, a pesar de las corrientes ideológicas de turno.
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