Se trata de la primera inventariación metodológica en los más de 90 años de funcionamiento de este espacio, que era la casa del investigador Arturo Posnansky. Las labores forman parte de un proyecto diseñado tras la intervención del sitio, en febrero de 2010, a raíz de denuncias de robos e irregularidades.
También se efectuaron refacciones a la infraestructura y se prevé iniciar una fase de catalogación y clasificación metódica del patrimonio formado básicamente por piezas líticas y cerámicas, además de textiles.
“El museo no tenía un registro serio de sus bienes. Estamos terminando la inventariación y ya contabilizamos más de 10.000 ítems”, señaló Julio Ballivián, jefe de la Unidad de Arqueología y Museos, del Ministerio de Culturas.
En base a las colecciones de Posnansky, el repositorio fue incrementando sus bienes con hallazgos de excavaciones y donaciones. “Este museo es un tesoro patrimonial. Tiene piezas de las culturas hidráulicas de Beni, de la Amazonia, de los valles y del altiplano”, comentó Ballivián.
Pero sobre todo, hay restos y objetos tiwanacotas “que deben llegar al 40% de todas las colecciones”.
Entre los bienes inventariados destacan colecciones de cerámica de los carangas de Oruro y de la cultura yura, además de textiles de varias regiones de Potosí.
“También se tiene piezas de sitios arqueológicos de Tarija, Chuquisaca, Cochabamba y Pando. De Santa Cruz, no hemos registrado nada hasta ahora”, dijo Ballivián y agregó que todo el material está distribuido en cuatro depósitos del edificio.
Proceso
Pero el inventario sólo es el primero de una serie de pasos planificados para revitalizar este sitio patrimonial.
“Se necesita crear una base de datos que permita administrar todas estas colecciones, saber cómo son las piezas, tener un registro fotográfico de identificación y más adelante trabajar en un plan de conservación según las características de cada objeto”, explicó el especialista.
Estos trabajos se iniciarán en el segundo semestre del año con la ayuda de voluntarios de la carrera de arqueología.
Recientemente esta Unidad del Ministerio de Culturas finalizó una serie de reparaciones de emergencia en el edificio.
Varios ambientes tenían goteras y filtraciones que arriesgaban las salas y los depósitos donde se guardan las piezas.
“En noviembre arreglamos todo lo referido a filtraciones y goteras, pues este edificio, debido a un mal diseño, no contaba con un sistema hidráulico óptimo”, comentó Ballivián.
En febrero, los técnicos del MUNARQ comenzaron otra fase de obras. “ Se pintaron y revocaron todos los muros de cemento y piedra que estaban desgastados a causa de las filtraciones. Se hizo trabajo de carpintería y pintura en marcos de ventanas y puertas. También se hizo una limpieza y pintado de los interiores, deteriorados”, indicó.
Además, se restauró la puerta de ingreso del museo, que data de 1920. Fue sometida a una limpieza exhaustiva, se cambiaron sus bisagras y se le colocó una chapa acorde a su origen y estilo.
“Finalmente, se refaccionó el atrio que estaba afectado por la humedad subterránea y se impermeabilizaron las canaletas para que se garantice el drenaje de las aguas que antes humedecían la construcción”, manifestó el funcionario.
Otros problemas
Diagnóstico En 2011, una especialista brasileña elaboró el diagnóstico de la situación del museo. El edificio tenía problemas en el sistema eléctrico y de filtraciones, entre otros.
Restauración Según el jefe de la Unidad de Arqueología y Museos, el edificio del MUNARQ, en sus 96 años, nunca fue restaurado.
Proyecto Buscan fondos para la elaboración de un estudio Tesa para la restauración integral del edificio.
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