En palabras de David Robles, director de Alianzas Estratégicas de Google Maps en España, esta segunda fase “supone una diferencia tanto cualitativa como cuantitativa, porque la cobertura se ha ampliado enormemente y con una mejora en las funcionalidades y manejo de la aplicación”.
Museos del orbe
“En su primera fase, el proyecto estaba concentrado en su totalidad en museos -hasta 17- de Europa y de los Estados Unidos, mientras que en esta segunda etapa ha abierto sus fronteras para dar cabida a centros de arte de todo el mundo, con especial interés en Asia y en Iberoamérica”, agrega David Robles.
El Museo Nacional de Arte de México, el Museo de Arte de Lima o el Museo Nacional de Bellas Artes, de Buenos Aires, ya se encuentran en las pantallas de ordenadores de todo el planeta, rompiendo las barreras del espacio y acercando la cultura de cada país a millones de personas.
Las sugerentes formas redondas de Botero, la intensidad de Frida Kahlo o los rincones de La Boca, de Quinquela, pueden ser conocidos tanto desde Colombia, México o Argentina, como desde Japón, Austria o Sudáfrica.
Paula Casajús, jefa de Documentación y Registro del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, resalta esta virtud del proyecto: “constituye una oportunidad importantísima para difundir el patrimonio artístico de la cultura argentina a nivel mundial, con llegada a un número varias veces millonario de visitantes al sitio web de Art Project”.
Milagro tecnológico
Para la digitalización de las salas de las pinacotecas, Google se ha servido de la tecnología empleada para mostrar las calles de muchas ciudades del mundo, la tecnología del Street View.
Ya no sobre una furgoneta, sino sobre un carrito, se tomaron fotos de 360 grados de las salas para agilizar y hacer más realista el paseo por estas galerías virtuales.
En cuanto a las obras, el proceso de informatización ha sido llevado a cabo por el personal de los museos, para garantizar el cuidado y respeto a las obras, junto con personal cualificado de Google para emplear las máquinas y robots diseñados para ello.
La calidad del escaneo y digitalización es tan alta que se puede llegar incluso a apreciar las pinceladas en los lienzos o la textura de las obras escultóricas.
Los centros artísticos implicados en el proyecto valoran muy positivamente la aplicación de las nuevas tecnologías para la difusión de la cultura, como reconoce Olga Sevillano, responsable de Programas Virtuales del Museo Reina Sofía de Madrid: “es una herramienta que permite un contacto con el arte inaudito, una manera de conocer nuevas narraciones y acercar diferentes periodos de la Historia del Arte y acercar a los museos entre sí”.
Efecto llamada
Los responsables de los museos esperan, además, que este proyecto sirva de estímulo para que ciudadanos de todo el mundo se acerquen a conocer los distintos museos que tienen a su disposición, tanto en sus propias ciudades como en el extranjero.
Y aunque ni desde la empresa estadounidense ni desde las galerías de arte se hable de la participación en términos de incremento de mercado, de visitas, virtuales o reales, los 20 millones de usuarios únicos que utilizaron la aplicación el año pasado auguran un buen futuro para esta colaboración entre óleos y megabytes (EFE Reportajes).
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