Miguel Ángel comenzó su formación musical en el Instituto Eduardo Laredo de Cochabamba. En 2003 se trasladó a La Paz contratado por la Orquesta Sinfónica Nacional. Fue su músico más joven. Estudió en la Academia Latinoamericana Superior de Violín, de Chile, becado por la Fundación Schwimmer de Cochabamba.
“Me fue muy bien, se me abrieron todas las puertas, tocaba contratado por orquestas y por el sistema de orquestas infantiles de ese país. Estaba en el mejor momento de mi estadía en Chile tanto profesional como económicamente, pero lo que daba allá como músico profesional tenía que hacerlo en mi país”, relata.
Fue entonces que el Sistema de Coros y Orquestas de Santa Cruz (Sicor) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le propusieron un proyecto laboral en Santa Cruz, que Salazar asumió inmediatamente.
“Cuando llegué me di cuenta del potencial de esta ciudad tan emprendedora, había la posibilidad de crear algo nuevo y ese algo podía llegar a ser muy grande e importante. Santa Cruz no estaba estancada con un método arrastrado por años a pesar de no dar resultados, como considero que pasa en otras ciudades del país. Musicalmente Santa Cruz estaba abierta a innovar”.
En el ejercicio profesional de Salazar en el Sicor como director de la Orquesta Niño Feliz y en el marco del barroco, como él dice, su vida cambió.
- ¿Qué significa el Festival de Música Barroca en tu vida?
- Participé en tres y me trae buenos recuerdos. Fue en una edición cuando conocí a Barbara Grobien, presidenta de la Philharmonische Gesellschaft Bremen de Alemania, la persona que más influyó en mi carrera y gracias a quien llegué a las esferas más altas e inimaginables de la música clásica.
- ¿Cómo conociste a Barbara y luego a Christine Rhomberg?
- El año 2008 en San Xavier dirigí la Orquesta infantil Niño Feliz y luego del concierto se me acerco Barbara Grobien. Se veía muy admirada y sorprendida, me felicitó e inmediatamente me dijo: “Usted posee un gran talento. ¿Está interesado en hacer cursos de alta formación musical en Alemania?”. Desde ese momento mi vida cambio por completo. Al poco tiempo estaba en Alemania. Gracias a ella conocía a Christine Rhomberg. Barbara es socia del Lucerne Festival, el evento de música clásica más importante del mundo y Christine es la ‘sponsoring & development’ de ese evento. Barbara junto a Christine organizaron todo para que yo asista y participe de forma muy privilegiada en el Lucerne Festival.
- Describí a tus benefactoras.
Hubo mucha afinidad y nuestra relación dejó de ser la de un músico talentoso al que dos personas muy importantes dentro de la música clásica apoyan. Pasó a una relación casi familiar. Barbara es como mi abuelita, bastante peculiar que conduce un Jaguar deportivo negro a toda velocidad, pero al mismo tiempo teje la cubierta de sus palos de golf y prepara un pie de manzana con frutas de su huerta. Christine sería como mi tía.
- ¿Qué oportunidades te dio tu formación en Europa?
- Son incontables las experiencias en dos viajes a Alemania y uno a Suiza. Estuve cuatro días con la Berliner Philharmoniker en Berlín y en Lucerne, en ensayos y conciertos.
- ¿Qué personalidades conociste durante ese tiempo?
- Conocí de cerca el trabajo de tres de mis violinistas favoritos: Gidon Kremer, Hilary Hahn y Frank Peter Zimmermann. Y a otras grandes eminencias de la música como a Claudio Abbado, director de la Lucerne Festival Orchestra; Simon Rattle, director de la Berliner Philharmoniker; Pierre Boluez, uno de los directores y compositores más importantes del mundo. Estar en el Lucerne Festival fue como estar en el mundial de fútbol y yo era el invitado especial con acceso a todo.
- ¿Qué relación tenés con el cellista Leonard Elschenbroich?
No conozco a Leonard personalmente, su llegada a Santa Cruz se da gracias Barbara Grobien. Coincidimos en que como a mí, ella apoyó a Leonard en sus inicios y hay una relación cercana entre ellos.
- ¿Cuál es tu valoración de Leonard, que está próximo a tocar en Santa Cruz?
- Es uno de los mejores cellistas del mundo, su forma de tocar con tanta pasión y precisión es como considero que se debe tocar. La música clásica no es un mundo muy conocido en nuestro país, para que el público sienta la magnitud de lo que acontecerá el 9 de mayo en la Casa de la Cultura, haré esta analogía: Es como si vinieran a actuar Leonardo Dicaprio o Johnny Deep. O como si viniera a jugar Cristiano Ronaldo.
- ¿Qué sentimiento te provoca la presencia actual en Santa Cruz de tus benefactoras y que ellas presencien tu trabajo?
- Es como un sueño. Les conté tanto sobre mis proyectos (orquesta preinfantil de la Academia de Música del Oriente, la orquesta de niños la Orquesta de Cámara Simón I. Patiño y la Camerata del Oriente / Orquesta Municipal de Santa Cruz de la Sierra). Por fin podrán presenciar, escuchar y vivir el trabajo que estoy haciendo en Bolivia.
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