La gran “cumbre” de la música renacentista y barroca congregará a partir de hoy, y hasta el 6 de mayo, a más de 700 músicos de 19 países de América Latina y Europa, en un encuentro internacional que pocas veces se da en Bolivia incluso a nivel político.
El más grande y famoso evento cultural boliviano cumple nueve versiones con la ampliación de sus sedes, entre ellas Villamontes, en el Chaco tarijeño, para concretar un recorrido musical que sacará a los conjuntos de los grandes teatros para llevarlos a poblaciones pequeñas, la mayoría antiguas Misiones Jesuíticas en la Chiquitania.
Las iglesias de Chiquitos conservaron milagrosamente partituras desde hace tres siglos, a pesar de la humedad y del calor. Además, lo más importante, sus pobladores mantuvieron la tradición de tocar música barroca en sus violines artesanales.
Hace casi dos décadas, Marcelo Araúz, director del festival; Cecilia Kenning, presidenta de APAC; Piotr Nawrot, uno de los principales rescatadores de partituras chiquitanas, y otros amantes de la cultura idearon un evento de música chiquitana.
El desafío era inmenso pero fue mayor aún el entusiasmo y el aporte privado y de varias delegaciones diplomáticas que sustentan este encuentro único en el mundo.
“A veces parece que será la última vez”, comentó Araúz, pues el financiamiento es difícil, algunas veces muy difícil, y el compromiso de llegar con conciertos gratuitos a pueblos distantes supone una movilización compleja y costosa.
La maquinaria en marcha
Este año, durante 11 días, el festival ocupará 11 sedes en Santa Cruz de la Sierra, Porongo, Buenavista, San Javier, Concepción, San Ignacio de Velasco, San José de Chiquitos, Santa Ana, San Rafael, San Miguel y Villamontes.
La llegada de más de 700 músicos de 48 conjuntos supone para los organizadores asegurar otras tantas camas de hotel por varias noches, conseguir miles de desayunos, almuerzos, además de las cenas y refrigerios.
Cientos de itinerarios de músicos y periodistas son coordinados por la APAC, además del apoyo a otros cientos de turistas.
Los organizadores tienen listos por lo menos una decena de escenarios con diferentes requerimientos para tríos, ensambles, coros y orquestas que darán 118 conciertos. También deben contratar decenas de vehículos, pagar la gasolina, a los conductores, guías, coordinadores'
Paola Aramayo, gerente de APAC, es responsable de buena parte de esa logística, un trabajo agotador, pero con recompensas por las semillas que deja.
Cada pueblo chiquitano tiene su orquesta, además de la de Urubichá y la de San Ignacio de Moxos, y la música culta es una práctica cotidiana que fomenta desarrollo, movimiento y la autoestima de pobladores y autoridades.
19
paísesde todo el mundo estarán representados por 48 conjuntos musicales.
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