Con respecto a esta iniciativa, el artista de 68 años sostuvo a EL DIARIO que a través de su escuela lo que intenta es desmitificar los procedimientos mediante los cuales se estudia en las academias.
Catalán afirma que dentro de la escuela el mayor capital es la improvisación, ya que en cada clase que dicta los alumnos deben proponer algo nuevo y no seguir una serie secuencial, característica propia del hemisferio izquierdo que es la que desarrolla las cosas de manera sistemática.
“Tratamos en la escuela que las cosas se puedan ver de otra manera. Entonces ahí desarrollamos la capacidad del hemisferio derecho que es juguetón”.
Consultado el dibujante sobre el significado del nombre de su escuela, éste afirma que se debe a la forma en que transmite y crea sus obras de arte.
“Dibujo a través del tanteo, de mi intuición, de garabatos y dibujos chicos que creo constantemente, por ejemplo detrás de los boletos del ómnibus que utilizamos en Argentina mientras estoy sentado. Yo siempre llevo lapicitos pequeños, para que den la impresión de jugar. Mejor si los lápices forman parte de nuestros organismos, porque me da la impresión de que estoy dibujando con el dedo. Entonces cuando me entregan el ticket en el colectivo, yo chateo conmigo mismo, y voy dibujando”, aseveró a EL DIARIO.
Los garabatos, según Catalán, constituyen la materia prima para crear las diferentes obras, ya que el lenguaje de éstos se manifiesta como imágenes que tienen que ver con nosotros mismos y con el espacio primordial que pertenece a nuestro niño.
“Estas imágenes pugnan para ser clarividenciadas, si sumamos a esta experiencia nuestra madures adquirida en la vida, con sus alegrías, sufrimientos en mayor cantidad obtendremos todo lo necesario para fabricar pequeñas felicidades traducidas en imágenes sumamente expresivas”.
INSTALACIONES
La Escuela de Acuarela Intuitiva Creativa es itinerante, no tiene espacio físico permanente y adecuado. Se hacen los seminarios seguidos, clases regulares, en el lugar donde se pueda empotrar un atril, mesa y varias sillas o en un patio cualquiera de un shopping.
Con respecto a las disciplinas que se dan en la escuela, el artista boliviano manifiesta que en el manejo de la veleidosa acuarela se aprende a concretar mejor las obras con el sentimiento y viendo hacer a otros.
“Partimos de un espacio blanco en una lámina de papel canson, con manifiesto previo de intentar superar el temor al vacio, arremetemos por el medio del formato, zona que consideramos depositaria de nuestros temores, una vez superado el temor de esta manera, resulta fácil y placentero rellenar ambos extremos, la sustentación abajo y por arriba la luminosidad, que nos permita acampar en un hermoso paisaje natural, urbano o humano”, subrayó Catalán a tiempo de dar a conocer que los alumnos parten de un formato pequeño con el propósito de comprender y desarrollar su sincretismo global y analítico, a su vez de superar sus inhibiciones imperceptibles aún para ellos mismos.
ARTISTA
Felipe Catalán Terrazas (Potosí, Bolivia, 1943) se tituló como profesor de Artes Plásticas en 1976 y luego hizo un postgrado en Tecnología de Medios Audiovisuales en el Centro Internacional de Perfeccionamiento Profesionales Turín, en Italia.
También realizó pasantías en Lyon, Madrid y Ginebra. Fue docente de diseño gráfico en la UMSA de La Paz. Es autodidacta en el arte.
Radica en Argentina desde su juventud. Allí trabaja como dibujante publicitario en Salta y dirige la primera Escuela de Acuarela Intuitiva Creativa. Asimismo está ligado a la televisión. Expone desde 1988 de manera individual. Tiene varios premios ganados.
El diario “Presencia” en 1990 destacó: “El pintor boliviano Felipe Catalán, captó en sus cuadros hechos vivientes que cautivan a todo espíritu sensible. El cuadro que reproducimos está dedicado a los trabajadores mineros. El carro de las minas con los obreros del subsuelo, son motivo de este trabajo”.
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