La construcción encargada a la Compañía de Jesús data del año 1621 con la finalidad de que sirva como instalación de la Universidad Pontificia de San Francisco Xavier donde las más altas exposiciones tenían lugar y defendieron sus tesis en doctorado renombradas personalidades. En julio de 1825, la asamblea de diputados del Alto Perú fue convocada por el Mariscal Antonio José de Sucre para deliberar sobre el destino del país. Ésta decidió proclamar la independencia el 6 de agosto de ese año, y fundar la República Bolívar. Desde entonces, hasta 1898, en tan significativo lugar se reunió el Congreso Boliviano. En él se dio curso con la primera constitución de Bolivia, redactada por Simón Bolívar y en él prestó juramento como primer Presidente de la República, como lo hicieran posteriormente otros mandatarios.
Desde que ya no ejerce como sede del Poder Legislativo, se ha constituido como un enorme museo lleno de historia donde uno puede encontrar reliquias históricas, efigies de personajes, colecciones de una variedad de documentos nacionales inéditos, así como periódicos antiquísimos, folletos y mapas. Muchos de estos documentos inventariados en la Casa de la Libertad cuentan con varios siglos de antigüedad. La mayor parte de estos bienes históricos pertenece a la Sociedad Geográfica y de Historia de Sucre que durante varios decenios los fue adquiriendo y coleccionando. A esta sociedad le fue encomendada la custodia y conservación de la Casa de la Libertad hasta 1974, año en que se encomienda tan loable labor al Banco Central de Bolivia.
El salón con mayor relevancia es el Salón de la Independencia donde se reunió el primer Congreso Constituyente de la Nación y se firmó el Acta de la Independencia. En una de las paredes están colgados el retrato de Simón Bolívar, a su derecha se encuentra el retrato de Antonio José de Sucre y a la izquierda la del general José Ballivián. En el salón también se encuentra en una urna la espada del libertador Sucre, usada en las batallas de Junín y Ayacucho. Otros salones importantes son el de diputados y el virreinal.
Por la significativa historia que guardan sus paredes, tanto para el país como para Latinoamérica, la Casa de la Libertad es un enorme monumento cívico – religioso y se constituye en una verdadera joya histórica cuya visita uno no puede dejar de realizar al estar de visita por la Capital de la República.
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