En la oportunidad Carlos Cordero dirigió unas palabras a la audiencia presente para realzar la trayectoria de la actriz y le hizo entrega del libro titulado “500 años de teatro en Bolivia”.
La actriz Rosa Rios comenzó en las artes escénicas en 1965 bajo la dirección de Raúl Salmón de La Barra en obras que marcaron época, entre las que destacan: “La calle del pecado”, “La sandwichera de la esquina”, “Me avergüenzan tus polleras” y “El calvario de mi madre”.
Femenina (F) conversó con la actriz Rosa Rios (RR) para conocer de cerca su vida artística y algunos de sus criterios sobre el teatro en la actualidad.
F.- ¿Qué significa para usted el teatro?
RR.- Para mí el teatro es mi vida, puedo decir que es mi alimento espiritual, mi terapia, mi médico, lo es todo para mí. Realmente a mí no me interesa mucho el dinero sino el pasar el tiempo haciendo obras. Eso es el teatro para mí, mi vida.
F.- ¿Con qué obra de las que interpretó se identifica?
RR.- Me identifico con el papel de la señora de pollera y con rol de mamá, éste en especial me gusta mucho.
F.- ¿Cuál ha sido la mayor retribución en el teatro?
RR.- Las cosas que más valoro son el cariño de la población. Cuando voy por la calle muchos de ellos me reconocen y me demuestran su cariño con palabras o con hechos, en alguna ocasión me tocan la bocina para llevarme aunque sea una cuadra. Recuerdo una vez cuando un cieguito me identificó por la voz y dijo: esta es mi madre y me beso la mano. Este tipo de reconocimientos son el alimento de la persona y son detalles que yo valoro mucho.
F.- ¿Las obras teatrales del pasado varían mucho en relación a las actuales?
RR.- El teatro de antes era realmente como para sacarse el sombrero, pero en la actualidad ha cambiado bastante tal vez porque los directores son jóvenes y lo hacen a su manera. Incluso muchas de las obras que interpreté con Raúl Salmón han sido cambiadas por otros temas como las drogas e incluso otros personajes. Me parece que el teatro tiene la finalidad de dar un consejo, un mensaje para el público que asiste a las funciones. En cambio ahora se utilizan términos inapropiados como el pan de cada día, a diferencia de antaño que lo más fuerte que se podía decir es: “Ahorita te voy a sacar la mugre” y con mucho cuidado por respeto a los espectadores.
F.- ¿Qué consejo les daría a las personas que desean ingresar en la actuación?
RR.- Que si quieren hacer teatro lo hagan de corazón que no siempre se fijen en cuando van a ganar. Hace poco tuve un inconveniente con una persona porque ya estaba pensando en cuanto iba a ganar incluso antes de saber cuánto se recaudaría en la obra. El teatro es para ganar dinero sí, pero hay que conformarse con lo que queda luego de pagar impuestos, afiches, gigantografías y gastos que incluye la puesta en escena que no necesariamente deben salir del bolsillo del director de la obra. No siempre hay que pensar en cuanto nos va dejar sino trabajar por el amor que tengamos a los que estamos haciendo, claro sin hacerse engañar tampoco.
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