Parada en medio de su amada galería, de la cual sólo quedan algunos andamios, marcos de cuadros y objetos varios que quiere vender, además de una colección de libros donde están todos los recortes que se publicaron a lo largo de los años, Norah Claros resplandece. Es increíble cómo la presencia de una persona, puede iluminar un ambiente. Álvaro, el fotógrafo, bromea diciendo que con ella no necesita flashes extra. Norah sonríe. Es una característica en ella. Casi siempre está sonriendo, y aunque ahora deja atrás lo que ha sido uno de los proyectos más importantes de su vida, no pierde la sonrisa, porque cerrar la Galería de Arte Nota no es un fracaso para ella ni mucho menos.
Es el fin de un proyecto, nacido con tiempo límite que se extendió varios años, más de doce, pero que debía terminar, estaba pensado para ello. Fue un trabajo que Norah gozó increíblemente, porque dio y recibió: los artistas la aman, y ella ama a los artistas. Además pudo trabajar junto a su hija, Tanaz de Campero. Dice que está agradecida a la vida, y se le nota; en realidad Norah cosecha lo que ha sembrado.
¡OH!: Sé que este es un cierre definitivo, pero por lo que veo nada traumático...
¡Para nada! Cuando inauguramos la Galería, la pensamos como un espacio con todas las necesidades que hasta ahora no existía en La Paz. Con la experiencia de mi trabajo en EMUSA, que era una galería chica y adaptada en una casa, ya conocía la serie de fallas de no tener una correcta iluminación, un buen taller para armar y desarmar obras, etc., una serie de ‘antojos’ que se van desarrollando y que cuando se presenta la oportunidad, hay que aprovecharlos, es así que hicimos una galería hermosa, como se merece La Paz. Estuvimos diez años y duramos dos más. Esta ha sido una inversión muy grande que durante mucho tiempo no ha dado un centavo y ahora tiene que cumplir otra función. Es comprensible y hay que agradecer haber tenido esta oportunidad que se terminó con bombos y platillos.
¡OH!: ¿”Nota” en pocas palabras?
Han sido 12 años extraordinarios. Por todas las posibilidades que daba la Galería se han desarrollado proyectos muy lindos, que han aportado mucho, tanto para darles a los artistas la posibilidad de mostrar lo que querían y cómo querían, como al público para abrir un horizonte mayor.
¡OH!: Sé que está conciente de que deja un enorme espacio por cubrir…
He hablado con un par de personas que están con buenos proyectos de galerías en la zona sur y ese ya es un gran éxito. A ellos les ha parecido que los inversores privados tienen que aportar y esforzarse por el arte y porque nuestra sociedad sea mejor. No solamente es comprar arte, que obviamente se relaciona, pero es también que se abran espacios para crecer. Mi hija y yo hemos empezado en espacios pequeños y fuimos ampliando, hasta que Fernando Campero, mi yerno, y Tanaz, decidieron hacer una cosa en grande. Pero se puede, claro que se puede.
¡OH!: ¿Está cansada?
No estoy cansada porque este no es un trabajo que te dé la posibilidad de cansarte. Es tan variado, haces tantas cosas, te da la posibilidad de conocer a tanta gente, que no puedo hablar de cansancio. Por ningún lado. Llega a ser una forma de vida.
Todos los días han sido llenos de satisfacción, aunque parezca un poco cursi, pero cada inauguración ha sido un manantial; disfrutas, compartes la emoción del artista al mostrar su obra, la satisfacción del público al verla… Ha sido un caudal de satisfacciones.
¡OH!: ¿Cuál ha sido la última muestra que se haya exhibido en Nota y que realmente la ha impactado?
Me es difícil encontrar una preferida, pero se me viene a la mente la exposición de algunas de las obras de la Bienal de Santa Cruz, que es un hito dentro de las artes bolivianas, por todo, por la participación de muchos artistas extranjeros que enriquecen la apreciación del público y además por ser un reto para los artistas. Este año ganó Joaquín Sánchez, con una exposición impactante sobre el Chaco que se prestaba a una serie de lecturas, nuestra relación con los paraguayos, lo seco del campo, la falta de agua que se muestra en la imagen de una mujer con un cántaro que no sabes si está lleno o vacío… Esas imágenes se me han quedado grabadas, es la expectativa de buscar una ilusión, de esperanza, una meta...
¡OH!: ¿Sus metas e ilusiones se han cumplido?
¡Pero absolutamente! Te podría decir que hasta me han avasallado en el sentido humano. Durante la clausura de la galería, me quedé sorprendida cuando se proyectó un video de artistas hablando de algún recuerdo o experiencia que habíamos tenido al trabajar juntos. No sabes, no he podido volverla a ver hasta ahora porque quiero estar más tranquila. No me sentía yo la protagonista, la merecedora, y no es falsa modestia. De ninguna manera, es la verdad. Realmente le doy gracias a la vida y al destino por poder compartir con este tipo de personas. El público también estaba muy emocionado por ver cómo se expresaban los sentimientos, fue muy lindo.
¡OH!: ¿Cómo ha visto que la tecnología ha influido en el arte en el país durante estos años?
Si bien la tecnología abre puertas para acceder a información internacional, etc., también puede decirse que ha invadido el arte como un nuevo instrumento de trabajo. Ya no es el pincel, la madera, o la piedra, ya llegan las instalaciones, el artista necesita expresarse con otros instrumentos que pueden producir efectos impactantes, pero eso significa también económicamente una limitación muy grande. No todos pueden acceder a ello. Inclusive museos y galerías no tienen las inversiones necesarias, es muy caro.
¡OH!: ¿Y ahora?
Me siento cómo una adolescente. He terminado el bachillerato. Tengo el proyecto y siento una obligación de hacer un libro sobre estos años de trabajo, que cuente lo que me ha tocado hacer con las artes visuales en Bolivia. Tengo que ver soportes económicos, etc. Como el arte no es rentable para nada en el país, hay que empezar a buscar.
"En Bolivia se le da muy poca importancia a la enseñanza del arte, es algo que en estos años de trabajo he lamentado. Muy pocos alumnos visitaN exposiciones"
Perfil
Norah Claros
Norah Claros Rada nació en la ciudad de La Paz, y estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Buenos Aires. Trabajó en varias organizaciones nacionales e internacionales, donde casi siempre ha estado inmersa en el arte y la cultura.
Fue fundadora del Círculo de Mujeres Periodistas, del que es parte. Co-Fundadora y Co-Directora con Tanaz de Campero del Espacio de Arte Nota y Miembro Fundadora del Directorio de la Fundación QUIPUS; autora y coordinadora de la Editorial del libro Memorias de la Fundación Cultural EMUSA (1974-1994); Co-Directora y Co-Realizadora del Portafolio de Arte Boliviano y Miembro del Tribunal de Imprenta de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz.
Norah Claros recibió en junio pasado la medalla “Prócer Pedro Domingo Murillo en el Grado de Honor Cívico”.
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