“3E recrea un ritual de cambio, mostrando el paso de una anterior Gabriel y la llegada de una nueva. Todo parte de una ceremonia que realicé a causa de una especie de alergia que tengo al agua fría, por lo que durante la performance salgo de una cerámica donde de algún modo me meto al agua y soporto lo que me provoca el frío; fue como entregarle mi temor a la tierra para curarme. Este ritual de sanación resulta como un renacimiento que es representado por la entrega de mis rastas, que corté y di como ofrenda al público; aunque, antes de esta parte, se hace alusiones al vientre materno, como, por ejemplo, en una fotografía en la que estoy en posición casi fetal, pues aparezco en la posición de una chullpa”, describe Benítez.
Por todo este recorrido de sentidos, José Bedoya, quien realizó la presentación de la obra, habla de una búsqueda de filiación y pertenencia de parte de la artista mediante el “exuberantes empleo de medios expresivos, cargados de elementos formales y recursos técnicos”.
“Se trata de una instalación que habla de una entrega, un sacrificio, que posibilita la llegada de una nueva Gabriela a partir de un recorrido”, dijo Benítez. La exposición 3E, vista como un todo, junta los cuatro elementos: el agua, el aire, el fuego y la tierra conjuncionándolos en la urgencia de sentirse parte del universo.
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