Además es directora del grupo de Teatro Drakón y actriz. Hace poco incursionó en el cine, actuando en la última película del director Marcos Loayza, que se estrenará a fines de año.
¿Cuándo comenzaste a bailar?
Comencé con la danza a los 4 años, hice contemporáneo primero con Melo Tomsich y muchos años después en Arde con Ana Cecilia Moreno, también hice jazz con Walter Albarracín y Andrea Villarroel.
Flamenco con Martha Estívariz, hice un curso de Psicoballet que me permitió trabajar con personas con necesidades educativas especiales y finalmente Pole Dance con Daniela Schmoll en Buenos Aires.
Y ¿Con el “Pole Dance”?
Comencé a practicar Pole Dance en 2008, quería encontrar alguna forma de danza terapia que me permitiera trabajar con mujeres logrando tonificar el cuerpo, relajar la mente potenciar el autoestima y la sensualidad, factores fundamentales en la vida de cualquier mujer.
Navegando en Internet encontré la danza del tubo como una nueva disciplina de fitness y supe que eso era exactamente lo que quería.
¿Cómo combinas todas tus actividades?
Mis actividades principales son el Pole dance y el teatro, ambas me apasionan, una llena las carencias de la otra, pero ambas son el complemento perfecto.
Con el teatro puedo crear y recrear el mundo, contar historias, pero mis compañeros son esenciales y el trabajo de creación toma tiempo.
Con el Pole soy sólo yo, la música y el tubo, la combinación de danza y acrobacia me encanta. La sensación que se tiene al girar, al hacer las inversiones es increíble.
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