El ciclo de encuentros, que se realiza una vez al mes, se inició con la presentación del charanguista Ernesto Cavour, quien fue integrante del legendario conjunto Los Jairas. En su segunda cita, en abril, los invitados fueron los integrantes de Wara, agrupación que a mediados de los 70 fue pionera en la fusión del folklore y el rock.
“La música que se ha hecho desde mediados de los años 60 hasta los 70 ha sido la más lograda de la creación folklórica boliviana. En ese período gobernaba la dictadura, pero irónicamente es la época más rica en términos de creación. Surgen muchos grupos y los jóvenes en las ciudades comienzan a interesarse por el folklore”, dice Sergio Calero, quien asume que el folklore en la actualidad carece de identidad y la mayor parte de la producción artística sólo se limita a la imitación en estilos y ritmos musicales.
Entre los 60 y 70 existió una búsqueda en profundidad de nuestra identidad en los grupos que nacieron, incluido entre ellos los Kjarkas. “Ahora todos quieren ser los Kjarkas”, menciona Calero.
El grupo Khanata fue fundado por Cayo y José Salamanca en la ciudad de Cochabamba en los setenta. Sus primeros ensayos se realizaron en una de sus plazas, donde se tocaba con instrumentos nativos como la zampoña y las tarkas.
Cayo Salamanca, que tocará concertina en el encuentro, recuerda que una de las primeras giras del grupo fue a Venezuela, donde se presentaron en varias ciudades.
“Vivíamos juntos, varios músicos, en la comunidad de Quillacollo, en Cochabamba. En esa época, los artistas teníamos una fundamental forma de ser, la de la cooperación recíproca”, asevera Salamanca, quien destaca la organización del ciclo por parte del Centro Simón I. Patiño de La Paz.
Khanata que en aymara significa claridad proviene del valle que lleva su mismo nombre, hoy la ciudad de Cochabamba. El grupo grabó tres discos con temas folklóricos y música autóctona. Se estima que más de una cincuentena de artistas pasaron por la agrupación Khanata.
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