Este director de orquesta, músico consumado y enamorado de Bolivia, es el encargado de que la música clásica tenga un lugar relevante en la cultura de nuestro país. Pero además, es un personaje en sí. Peculiar, de carácter divertido aunque no lo parezca y muy optimista, les presentamos a David Handel.
¡OH!: ¿Cómo empieza su carrera dentro de la música clásica?
Cuando era niño, comencé con el violín que mi abuelo me regaló. El me incentivó y me regaló las primeras grabaciones que me inspiraron, de Izak Perlman, Pinchas Zukerman y otros. Yo demostré ciertas aptitudes, mis padres me apoyaron, tenía buenos profesores que me guiaron y fui avanzando paso por paso.
¡OH!: ¿Por qué la música clásica? ¿Qué tiene esta que lo cautiva?
No ha sido por ser música clásica, por ninguna categorización, ni nada por el estilo, pero si se trató de percibir algo extraordinario, terriblemente expresivo, emotivo, profundo y llamativo… Me captó totalmente la música en sí.
¡OH!: ¿Dónde se sintió más contento dirigiendo una orquesta?
La respuesta es difícil porque hay muchos lugares, y los factores en cada caso son distintos. Por supuesto, la entrega y nivel de mis colegas de una u otra orquesta representa un factor importante. La consciencia y conocimiento, o falta de ellos es otro factor.
Mi trabajo y relación con los artistas de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) de Bolivia me afecta de forma profunda, sobre todo considerando la lucha y progreso de años de trabajo. Recién he sido nombrado Principal Director Invitado de la Filarmónica Rusa de Moscú, donde por supuesto el nivel técnico-artístico es muy alto, y donde el sentirme contento - a nivel artístico - es especial.
Vivimos una sola vez y es la lucha de simplemente lograr de tocar el fondo en las implicaciones e intenciones de uno u otro compositor, y que esa lucha logre tocar el espíritu de mis colegas, nuestros oyentes y la comunidad. Estos factores son los que afectan y contribuyen a ese sentirme “contento”. Me siento contento cuando existe la unión de valores, capacidad e inspiración.
¡OH!: ¿Un director de orquesta debe ser también un músico? ¿Por qué?
Un director de orquesta es músico por definición. Entre colegas, disfrutamos mucho de los chistes respecto a directores... Pero bueno, en un contexto profesional, nadie puede subir al podio, ni pretender estudiar dirección orquestal, hasta que ha terminado sus estudios superiores en un instrumento orquestal, más los del piano y todos los estudios correspondientes (teóricos, historia, filosóficos, etc.). Es decir, los estudios iniciales, previos a poder acceder a un curso de dirección orquestal implican por exigencia formal la terminación de los estudios como músico (generalmente como instrumentista) profesional.
¡OH!: Siendo la música un arte universal, ¿La música clásica sería la poesía en este caso?
Es un mito que la música es “universal”. Es una frase linda y común, porque nos da el gusto de pensar que existe algo que nos une a nivel expresivo. Más bien, la música es cultura-específica y es por eso hay gente que piensa que la “música clásica o erudita” es elitista. ¡No es elitista! Es simplemente algo de una cultura específica que ha logrado manifestar implicaciones expresivas más allá de sus orígenes culturales. Lo fascinante es que la música orquestal logra tocar cuerdas comunes entre culturas. Los clásicos han dividido nuestras experiencias y apreciaciones de una forma, los romanos de otra, los románticos de otra, distintos filósofos posteriores de otra, los andinos, americanos, etc., y cada cultura con su propia forma. Existen coincidencias en este sentido. De todos modos, “poesía” es un tema, y música como “Arte” - con A mayúscula - es otro. Ocupan distintos sectores de nuestros cerebros, ambos son importantes e independientes, aun a veces relacionados. Lucho para que nuestra cultura “universal” no sea tan dependiente de la letra y mensajes únicamente y primitivamente literales (palabra-dependiente). Es profundamente decadente y dañino este fenómeno moderno, la des-sensibilización social y cultural.
¡OH!: ¿Cuáles son sus autores favoritos?
Uhhh…. ¡Son muchos! Adoro a Brahms, a Mahler, a Berlioz, a Debussy, a Franck, a Rimsky y Tchaikovsky… Aprecio a Sting… La lista es larga.
¡OH!: ¿Cómo es que llega a Bolivia?
La primera vez como director invitado… La segunda vez como director invitado por casualidad, y de pronto y por circunstancias no contempladas, invitado para ser Director Titular. Acepté la invitación, con la condición que realmente cambiemos el modelo y lancemos una iniciativa importante.
¡OH!: ¿Qué lo decide a quedarse?
No ha sido una decisión sola, ha sido más bien un proceso de evaluación constante: con un progreso constante, es interesante.
¡OH!: ¿Cuál es el panorama del arte, específicamente de la música clásica, en Bolivia?
Yo diría que el panorama para la música en Bolivia es permanente y positivo. Hay desafíos y hay luchas, como en cualquier lado.
Depende de todos nosotros mejorar el escenario y no escaparnos de lo que exige nuestra comunidad. Si tengo una crítica, seria que hay una aversión a unir esfuerzos y trabajar como comunidad.
¡OH!: ¿Qué hace falta?
Organizar, dejar de luchar por uno mismo y dejar de pretender el “reinventar la rueda”.
¡OH!: ¿Cómo observa el hecho de que, por ejemplo los niños del Oriente, como los de la Chiquitania, tengan más apego a la música que otros?
¡No tienen más apego en la Chiquitania en relación a otra región del país! Cada contexto y caso es distinto. El financiamiento es un factor clave, tanto como es la dedicación y empeño de los profesores y familias involucradas. Hay muchas iniciativas muy valiosas y en todo el país, en El Alto, en Oruro, en Sucre... Todos deberían ser respaldados, socialmente, a nivel del Estado y a nivel de cada comunidad. Lo preocupante es que la enseñanza de música es ausente en la educación fiscal y que no existe organización con respecto a la calificación y rigor de la formación musical profesional. A veces, parece que cada uno lucha por su iniciativa, al costo del bien de la comunidad y futuras generaciones. Hace falta la correcta inversión y organización a nivel nacional. Es algo que se puede solucionar, siempre y cuando el Estado y los afectados se aplique por el bien común.
¡OH!: ¿Cómo incentivar el amor a la música?
Escuchar… escuchar… escuchar.
¡OH!: ¿Hay algún género que Ud., no escuche y por qué?
Escucho todo los géneros. Hay que tomar en cuenta que la mayoría de los géneros populares (no folklóricos, porque es otro tema) dependen mucho (demasiado) de la letra, una letra que muchas veces es básico y poco creativa, … ni cerca a “poesía”, o sea, elementos pocos complejos, pocos interesantes, …hasta depender de la imagen. Eso no es bueno o malo, pero es una realidad moderna. Por lo tanto y en pocas palabras, me interesa que la música sea emocionalmente entregada, de gran calidad y que ofrezca alguna complejidad. Me parece que es eso que conmueve nuestro espíritu.
¡OH!: ¿Cómo se prepara para una noche de concierto? ¿Qué no puede faltarle? ¿Tiene algún amuleto o algo parecido?
Soy muy simple y básico. Como un plátano, un pedazo de chocolate y agua, me estiro… Pienso en la música, y listo… (Seguramente estaré renegando).
¡OH!: ¿Cómo es un día ideal en su vida?
Varía entre extremos. 1) Un día -que no existe - descanso total, con una brisa calurosa. 2) Lo normal, actividad constante, estudio, reuniones, un buen ensayo y progreso, buena gente, buena comida.
El perfil
El director norteamericano David Händel ha desarrollado una extraordinaria reputación como innovador del escenario orquestal americano y ha sido denominado “... uno de los directores jóvenes más brillantes de la actualidad... dominante y decidido...”.
Como Director Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Bolivia, su programación creativa y acercamiento a la comunidad alcanzó records de audiencia en los conciertos.
Ha sido favorecido en dos oportunidades por el prestigioso Programa Fullbright y honrado con numerosas distinciones, incluyendo dos premios Rackham, la Beca Marguerite Lapp para “Talento Musical Excepcional”, dos premios del Departamento de Asuntos Culturales de Chicago, el Consejo de Artes de Illinois y en Bolivia con la condecoración Illimani y la medalla Pedro Domingo Murillo por su sobresaliente servicio a la comunidad en el campo artístico. Es uno de los contados directores premiados con una beca como director asistente por el Gewandhaus de Leipzig (Alemania).
A principios del 2011, David Handel volvió a dirigir la Orquesta Filarmónica de Koszalin, Polonia y la Filarmónica Rusa en Svetlanov Hall de Moscú, donde recientemente ha sido nombrado Principal Director Invitado. Sus próximos compromisos incluyen actuaciones en San Juan (Argentina), La Serena (Chile), México, DF, Brasil, EEUU y nuevamente con la Filarmónica Rusa de Moscú. (Orquesta Sinfónica Nacional).
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