Pero Mondacca, uno de los actores más reconocidos en el país, nunca se ha rendido. Asegura que la actuación es una entrega total y desde 1992 decidió enseñar este arte que tanto le apasiona. Es así que desde hoy hasta el 5 de abril dictará el taller de iniciación actoral Ser o no ser actor, en la Cinemateca Boliviana.
“Todos tenemos alma de actores, el taller te ayuda a sacar ese talento que está guardado”, explica Mondacca, quien dictó clases en la Universidad Católica Boliviana y la Escuela Municipal de Artes de El Alto.
“Quiero ser actor”
“Cuando era niño quería ser inventor, pintor o escritor, algo que sea único y diferente. La verdad soy actor gracias al destino y al azar”, confiesa.
Mondacca descubrió su pasión por el teatro por casualidad. En noviembre de 1973, a los 17 años, pasó algo inesperado, en vez de ingresar a una clase de filosofía entró a una de teatro. Los tres primeros días pasaba clases de artes escénicas creyendo que era filosofía, pero cuando se dio cuenta del error, ya era tarde, pues el teatro ya lo había seducido.
Durante dos años guardó el secreto de las clases de actuación, pero su madre tuvo sospechas por su cambio de actitud, pues el futuro actor se pasaba horas ensayando y modulando su voz encerrado en su habitación. “Mi mamá me decía: ‘hijo, estoy preocupada por vos, gritas y hablas solo en tu cuarto’”, recuerda Mondacca. Entonces, el joven le confesó la verdad: “quiero ser actor y nada más”.
La noticia sorprendió a su familia. “Pensaban que la vida de un actor es desordenada, pero al contrario, requiere mucha disciplina y responsabilidad”, afirma el artista, quien ya tiene 38 años de trayectoria en este rubro.
Difícil, pero no imposible
Mondacca se siente afortunado. Es uno de los pocos artistas que puede vivir de su arte en el país. “Económicamente es difícil vivir como actor. Vivo gracias a la pedagogía y las producciones que realizamos”, dice y asegura que lo más difícil en el mundo de la actuación es la itinerancia, el teatro ambulante.
“Eso implica una vida muy dura, pero todo depende de la pasión que uno tiene por hacer lo que le gusta”, comenta y luego se queda callado y evoca una frase del escritor paceño Jaime Saenz: “Si no hay riesgo, si no hay peligro, si no hay dolor y locura, no hay nada” y recalca: “Eso es en síntesis el teatro, un riesgo”.
El olvido de las autoridades, la indiferencia del público, la crítica improvisada y la falta de espacios son algunas de las principales dificultades, según Mondacca, que un actor boliviano debe enfrentar en el país. Pero, el mejor remedio es la pasión.
En ese camino, el actor ha logrado montar sus obras de teatro en reconocidos escenarios internacionales. El 2009 ganó el premio de escritura dramática Adolfo Costa Du Rels, con su obra El Santo del cuerno, basada en una serie de testimonios acerca de las vivencias de los lustrabotas.
Explica que todas sus obras están inspiradas en Bolivia, pues su intención ante todo es mostrar su realidad.
“En nuestro país a veces a uno lo ningunean y descalifican su trabajo, eso ya no me importa, continuó trabajando con más fuerza y dedicación”, señala.
Es bueno encontrar informacion de este gran maestro y persona :) Atte: Goyi Gracias David
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