La Orquesta Sinfónica Juvenil de Tarija y la Camerata de la Sociedad Coral Boliviana brindaron la noche del miércoles un soberbio espectáculo con motivo de la condecoración al mérito en el grado Adela Zamudio que le impuso el Estado Plurinacional de Bolivia a la Casa de la Cultura por los XXV años del Festival Abril en Tarija 2015.
Un introductorio Trepak de Peter Ilich Tchaikovsky, magistralmente interpretado por los niños y adolescentes de la Orquesta Juvenil abrió un concierto inolvidable en el Teatro de la Cultura completamente lleno de un público que quedó arrobado con las piezas musicales que se sucedían bajo la batuta, primero de Beto Martínez y posteriormente de Luiz Loucao do Amaral.
Memorable noche
Sin una nota demás, armonía y cadencia rítmica coordinados, los chicos y chicas de la Orquesta vestidos de camisa y pantalón negro mostraron el porqué están considerados entre los mejores ejecutantes de música clásica a nivel nacional.
Sucesivamente transcurrieron por sus instrumentos la Danza Húngara Nro. 5 de Brahms, Tarija Tierra Querida de La Faye y Arduz, la sinfonía Nro. 40 de Mozart, el Vals de la Bella Durmiente de Tchaikovsky y provocaron la emoción hasta las lágrimas en el instante de la ejecución de la cueca Moto Méndez de Nilo Soruco, con los arreglos de Misael Laguna.
Luego vino el momento de la seriedad, El Himno Nacional fue el preámbulo del acto central en el que el viceministro de Interculturalidad, Ignacio Soqueré Tomichá impuso la condecoración al Mérito Cultural en el grado Adela Zamudio al director de la Casa de la Cultura, Nils Puerta, por los 25 años que cumple el festival de festivales “Abril en Tarija 2015”.
De igual manera, Puerta también otorgó las estatuillas de “La Victoriana” a los distintos representantes que hicieron y hacen posible el máximo evento cultural de la región, al alcalde Oscar Montes, al promotor cultural Arturo Liebers, a Celinda Sosa que representó a la Gobernación y al ausente rector de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, Marcelo Hoyos.
También se recordó a Carlos Torri, recientemente fallecido y a quien se dedicó un minuto de silencio. Finalmente la Orquesta Sinfónica Juvenil de Tarija ejecutó los sones del Himno a Tarija y que fue entonado por los 12 miembros que integran la Camerata de la Sociedad Coral Boliviana.
Fueron cuatro varones y siete mujeres que llegaron de La Paz y su directora, Anna Agramont, la chica del dragón tatuado en el brazo izquierdo, explicó y ejemplificó a las voces que integran el coro como ser el bajo, soprano, altos y contraltos.
Fue el turno de las voces experimentadas y maduras. En primer término cantaron “Flor de Santa Cruz” de Gilberto Rojas, una canción popular yugoslava denominada “Pic a Poc” y que rememora a los picapedreros de esa nación, la mexicanísima “Guadalajara” de Pepe Guizar y “Caña Dulce”, un tema que evoca los anhelos de los trabajadores de Costa Rica.
También interpretaron la cueca Sed de Amor de Miguel Angel Valda y que fue difundida por una voz de leyenda como fue la de Gladis Moreno, el espiritual negro Sun a Wellington y lo que es el segundo himno paceño, el tango Illimani de Néstor Portocarrero.
Luego cantaron una combinación de cumbia y merengue denominada merecumbé, “Cosita Linda” de Pacho Galán; la canción “Amor de Temporada” de Héctor Zúñiga Rovira, la icónica canción de Nino Bravo “América”, el tango “El Último Café” compuesto por Héctor Stamponi con letra de Cátulo Castillo, la zamba brasilera “Tristeza de Haroldo Lobo y Nitinho, y, para cerrar una noche imperdible, la tonada de Gilberto Rojas “Guadalquivir”.
Reseña de la máxima entidad artística
La Casa de la Cultura de Tarija fue creada el 4 de julio de 1987, mediante Convenio suscrito entre la Universidad Autónoma “Juan Misael Saracho”, la ex Corporación de Desarrollo de Tarija y la Honorable Alcaldía Municipal de la ciudad de Tarija, fecha en la que aprobaron la modificación de los artículos 1, 6, y 23 del Estatuto Orgánico original, para dar paso a la sociedad “Casa de la Cultura de Tarija”. Fue concebida como una institución autónoma, sin fines de lucro y personería jurídica propia, que le fue reconocida en 1988.
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