El artista Pablo Ruiz Arroyo abre una exposición desde hoy hasta el 15 de marzo.

Una muestra que refleja la conversación íntima entre obra y artista se inaugura esta noche, a las 19.00, en la Casa Espejo (avenida 20 de Octubre, 2659-A, entre Campos y Pinilla). Titulada Espectador, la exposición reúne 15 trabajos realizados en varias técnicas por el pintor Pablo Ruiz Arroyo.
Sobre el autor. El artista paceño tiene 28 años y su trabajo se enfoca principalmente en las artes tradicionales. Expuso sus obras en varias galerías de Virginia, Estados Unidos, y en La Paz.
Respecto del título de la muestra, indica que “el espectador es quien aprecia una obra o asiste a un espectáculo. Por lo que para realizar una obra con éxito es necesario reconocer la conversación que sucede entre el artista, el medio y la técnica”.
Asimismo, afirma que el artista trae emociones e ideas sinceras, por lo que la técnica le permite expresarse con color y textura, además de que “el medio responde al artista y la técnica con su tamaño, color y absorbencia”.
Un conjunto de 15 obras, entre acuarelas, acrílicos y óleos, serán presentadas al público para su apreciación, y en ellas se muestran rostros inconclusos, naturaleza y figuras humanas, que tienen el propósito de fijarse en la retina de su observador.
“Hay un punto en cada pintura donde el artista tiene que tomar una pausa, mirar y escuchar al medio. Ese momento entero es único y es lo que permite que el desarrollo de una obra proceda”, dice en referencia a lo que busca con su trabajo. Aclara que ninguna pintura es idéntica a su boceto, porque hay mayor sentimiento y concentración en el trabajo al ser concluido.
“Ningún artista tiene la certeza de cuál será el resultado final de continuar la conversación con el medio, porque él es sólo un espectador más en el teatro que esta siendo realizado”, explica.

15 Es el número de obras del artista que serán presentadas en la exposición que se abre hoy.

El artista como observador. Según Ruiz, las piezas hechas en acuarela muestran una nueva conversación entre el pigmento y el disolvente. “El agua abstrae y expande formas y manchas, que, a través de la superposición de capas, dan nacimiento a nuevas transparencias y a un mundo de posibilidades”, precisa, lo que después da lugar a un momento de observación del artista hacia su obra.