miércoles, 2 de enero de 2019

La danza en la esceña paceña: intensa, diversa y desafiante



Intensa, diversa, desafiante ha sido la amplia gama de propuestas que hemos tenido en la escena paceña de la danza en 2018. Tarea nada fácil el seleccionar aquellas experiencias y presentaciones destacables, pues no es posible establecer un parámetro de comparación entre tan variada oferta de estilos y géneros en los que el arte de la danza se expresa.

Sin embargo, con la intención de compartir con los lectores algunos hitos y hechos que marcaron el año 2018 en el mundo de la danza, se presenta una selección de éstos a modo de recuento.

Tres importantes centros de formación celebraron 25 años. El Estudio Dance Mariela Gonzales, el Taller Experimental de Danza de la UCB y Cap Estudio de Danza cumplieron este 2018, 25 años de vida, un hecho que refleja la constancia y el esfuerzo comprometido de estas escuelas con este campo del arte, cuyo aporte va más allá de la formación técnica, pues educar en el arte de la danza representa infundir valores, disciplina, desarrollar la sensibilidad y templar la voluntad.

Se destaca de estas celebraciones la presencia de una joven bailarina estadounidense, hija de Claudia Pereira, cofundadora de CAP Escuela de danza, nos referimos a Elysa Ruby, que se presentó como solista invitada en Coppelia, y quien con sus 13 años de edad dejó un fulgor fresco en su paso por la escuela, demostrando que para lograr calidad en el trabajo de la danza se requiere no solo de talento, sino de entrega total, sacrificio, muchas horas de estudio al día y el apoyo familiar.

Danzénica continuó contra viento y marea. El festival, promovido por Sylvia Fernández, en su séptima versión, se ha consolidado como un espacio donde poder encontrar trabajos y artistas de talla internacional como Daniel Abreu, Premio Nacional de Danza de España (2014), la presencia destacada también de Candelaria Antelo y Arthur Bernard Bazin de Francia/Argentina y de Marcos Abranches de Brasil, entre otros. En esta ocasión, con la participación de Abranches, tuvimos el desafío de expandir nuestra percepción y comprensión de las estéticas y lenguajes corporales en la danza contemporánea. En lo concerniente a los elencos nacionales, se destacó principalmente la participación de Camila Bilbao la Vieja que mostró un trabajo bien puesto, sobrio y elegante, aunque quedó el deseo de ver el trabajo de otros exponentes paceños de este género en este festival, como ser María Elena Filomeno, Ximena Muñoz, por ejemplo.

El Concurso Municipal de Danza Melba Zárate tuvo indiscutibles ganadores. Esta versión se destacó gracias al impulso y empeño de Noreen Guzmán de Rojas, cuya mano profesional es bien conocida. Quien suscribe esta nota tuvo el privilegio de ser jurado de dicho certamen, donde pudo ver y valorar los trabajos. En la categoría “clásico-contemporáneo-jazz”, María Elena Filomeno, coreógrafa y bailarina de danza contemporánea, obtuvo el Primer lugar con la obra Jauría, un trabajo muy bien logrado con sólidas herramientas coreográficas que le permitieron expresar su propuesta, cuyo contenido refería a la tensión de las identidades que se confrontan entre el ser cazador o presa.

La compañía Ballet Folklórico de Bolivia Manuel Acosta (Bafobol) fue ganadora del Primer Lugar en su categoría, mostrando una excelente puesta en escena y coreografía, calidad estética, valor histórico; en suma, un trabajo impecable fue La Tragedia del Salitre, coreografía de Leonardo Acosta, basada en la Cantata de San María Iquique compuesta por Luis Advis e interpretada por el Grupo Quilapayún. Un trabajo que merece ser expuesto al público, al igual que la obra Jauría de Filomeno, que esperamos que, con el impulso de haber sido ganadoras, puedan salir a la luz para el goce de los espectadores.

Un aporte al diálogo intercultural fue el de A Compás Danzas Españolas y Roberto Sardón. A Compás Danzas Españolas está bajo la Dirección de Yadir Vázquez y Farah Arce, una vez más mostró su calidad y un trabajo comprometido con el deseo de mostrar y develar las idas y vueltas de la danza española en su contacto con la cultura y las danzas caribeñas, un aporte por cierto que contribuye a una mejor comprensión de las raíces e influencias de las danzas populares de América Latina (principalmente de Cuba) en su encuentro/diálogo con la cultura y las expresiones del flamenco.

Casi al cierre del año, Truddy Murillo repuso su obra Frida en el marco de la presentación de su escuela más, en esta ocasión, sorprendió con una versión revisada de Frida, con elementos nuevos y escenas potentes. Así pues tuvimos la grata sorpresa de estar frente a una coreógrafa que no teme reinventarse y recrearse permanentemente.

Como corolario, Milena Tejada, quien se presentó en La Paz bajo el rótulo de Jóvenes Flamenco el reciente fin de semana, junto a Álvaro Echanove (cantaor español) y Jonathan Goldie (guitarrista estadounidense), con quienes realizó recientemente una gira por Canadá. Habiendo iniciado su formación en danza clásica y luego en danzas españolas y flamenco, con Yadir Vásquez en La Paz, Milena continuó sus estudios de perfeccionamiento en prestigiosas escuelas de flamenco de España cuyos frutos vino a compartir a su ciudad natal. Al cierre de esta edición, no tuvimos la ocasión de poder comentar sobre sus presentaciones, mas tenemos la certeza de que esta joven bailaora, ya conocida en nuestro medio por sus capacidades, habrá entregado al público, junto a sus compañeros de escena, un derroche de magia y talento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario