viernes, 11 de noviembre de 2016

Muestra de óleos Patricia Mariaca expone “Sueños de Clorofila”

Después de haber vivido 5 años en el desierto del Sahara, norte de África, Patricia Mariaca vuelve a Bolivia a reencontrarse con la tierra con lo que es suya. En la exposición “Sueños de Clorofila” desea compartir esa alegría de volver de sembrar y recoger sensaciones buenas a través del arte, crear espacios donde las personas se sientan bien.

“Deseo expresar una sensación de alegría cuando algo que uno ha plantado crece, por ejemplo, un locoto encierra todo un mundo de sensaciones solo con verlo ya sabemos lo que produce, es pequeño pero lo llena todo” dijo Mariaca.

La artista creció en medio de pinceles, en medio de pintores, luego de entrar a la niversidad reconoció que el camino que debería seguir en su vida era sólo de ella. Su principal mentor Raul Mariaca, su padre.

El arte tiene muchísimos caminos y cosas que expresar “Sueños de Clorofila” es una mezcla de realidad y ficción, las plantas son retratadas al compartir un espacio onírico al sentir el crecimiento de lo verde en la superficie de un cuadro. La sensación conmovedora de ver como flores, plantas y frutos se hacen espacio, incluso en los lugares más insólitos, es el motivo de esta exposición. Crear sensaciones buenas, sentirse bien, crear un espacio donde podamos encontrarnos a gusto y eso lo logra una pintura”, dijo la autora.

En la exposición se observan cuadros pintados en los distintos jardines donde la autora plantó semillas. Todas las plantas que se ven en los cuadros de Mariaca existen en la realidad, “Vi y cuidé su crecimiento, observé su comportamiento en el día y en la noche, disfruté los distintos matices que presentaban, sin embargo ahora, igual que en las películas y novelas…cualquier parecido con la realidad es simple casualidad”.

Óleos de azul intenso, de amarillos y tonalidades de verde realzan cada uno de las piezas impactantes que se exhiben en esta exposición. “Propongo un jardín íntimo, donde todo fluye en un viaje al territorio de uno mismo, aquel sitio que llamamos ‘lo espiritual en el arte’”, concluye.

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