miércoles, 6 de abril de 2016

Pianista chileno Nishihara se presenta por primera vez en Bolivia

El pianista chileno Michio Nishihara Toro afirmó que con su primera visita a Bolivia paga una deuda consigo mismo pues es uno de los países que siempre le interesó mucho cultural y humanamente pero donde recién ahora dará dos recitales.

El músico, que se presentará el martes en la noche y el jueves en el Conservatorio Plurinacional de Música, dijo a Efe que su visita tiene que ver con estar en naciones donde no tuvo la oportunidad de hacer presentaciones, pero que le atraen por muchas razones.

El pianista aseguró sentirse impresionado con la geografía, lo urbano, la naturaleza, la cultura y la gente de La Paz, donde, según dijo, también le ha llamado la atención el hecho de que "mucha gente habla con el acento muy parecido al chileno".

Nishihara, nacido en la región de Antofagasta (norte de Chile) ofrecerá en la sede del gobierno boliviano recitales con "lo más clásico de lo clásico", incluidas piezas de Frederick Chopin, Johannes Brahms, Franz Schubert, Robert Schumann y Claude Debussy.

Dijo que una razón de su preferencia por esos autores es porque la música de ellos ha estado muy presente en su trabajo y en su formación al piano desde niño y también porque los "compositores románticos son más espontáneos, más viscerales y más directos".

También interpreta a compositores latinoamericanos de tradición clásica como el brasileño Heitor Villalobos, el argentino Alberto Ginastera y sus compatriotas Pedro Humberto Allende o Alfonso Leng.

Nishihara aclaró que no interpreta a compositores de música popular no porque no le guste, sino porque ha elegido centrarse en los clásicos con los que ha cultivado su arte. El músico ha hecho presentaciones en ciudades de Inglaterra, Alemania, Francia, España, Italia, Rumania, Hungría, Bélgica, Austria, Polonia, Rusia, Argentina, Perú y Chile.

De todos esos lugares, recuerda con mayor emoción su presentación en Moscú "porque es un lugar importante de la música clásica, del piano sin duda y allá hay una especie de afectividad de la gente con la música clásica, que es muy real", a partir de una "identificación viva" con compositores como Tchaikovsky o Rajmáninov.

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