miércoles, 6 de mayo de 2015

Unzueta EXPOSICIÓN | Más de 120 cuadros del autor cochabambino se expondrán hasta el próximo 3 de julio en el Centro Patiño

Con más de 120 obras pictóricas del artista y la presencia de familiares, amigos y representantes culturales que destacaron la calidad artística y humana del homenajeado, fue inaugurada anoche la exposición retrospectiva de Mario Unzueta, en el Centro Patiño, que estará abierta hasta el próximo 3 de julio.

La exposición fue organizada por el Centro Simón I. Patiño y el Banco Central de Bolivia (BCB), que para reunir los cuadros en un solo ambiente tuvo que acudir a más de 35 coleccionistas particulares, la mayor cantidad de aportantes hasta ahora en una muestra de estas características en nuestro medio.

En la inauguración, en la que estaban presentes familiares, como su hija Carlota Unzueta de Paz Soldán y la nieta Alba María Paz Soldán, se puso de manifiesto la calidad artística de Unzueta (1905-1983), como uno de los mayores referentes del arte pictórico en Cochabamba.

El curador de la exposición, José Bedoya, dijo que con el impresionismo del artista, en el que también convergían Abelino Nogales y Raúl Prada, se daba un salto a la pintura modernista en la región. “Pero Mario va más allá”, agregó explicando que el artista se sumerge en la cosmovisión y la espiritualidad del habitante del valle, como lo reflejan algunos de sus cuadros más emblemáticos, como “El espíritu de la piedra” o “El Dios del maíz”.

La directora del Centro Patiño, Elizabeth Tórez, dijo que la exposición de Unzueta mostraba la hilaridad, el humor, la textura y el impresionismo.

Ramón Rocha Monroy, en representación del BCB, destacó la vocación ambiental de Unzueta que reflejó el paisaje valluno ocupado hoy por arboricidas cochabambinos.

Alba María Paz Soldán expresó a nombre de la familia su gratitud por la exposición en un momento en que creía, según dijo, que ya nadie en Cochabamba se acordaba de Mario Unzueta.

Finalmente, Jorge Soruco, propietario de algunos cuadros aportados para la exposición reflejó la sencillez del artista, recordó que durante sus últimos años de vida estaba casi ciego y su esposa Margarita le ayudaba a pintar y destacó que Mario Unzueta, además de pintor, era poeta.

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