domingo, 27 de abril de 2014

Susana Castillo: «LA ENSEÑANZA DEL ARTE HA DESMEJORADO EN BOLIVIA»

LA ARTISTA PREPARA | LUEGO DE MÁS DE DOS DÉCADAS, UNA EXPOSICIÓN QUE PROMETE SORPRENDER A COCHABAMBA.

"Si no hubiera sido pintora, no habría sido ninguna otra cosa”, dice Susana Castillo López, absolutamente segura. Es artista y se le nota, busca detalles, colores y formas en cada momento y en cada lugar y su especialidad es el retrato, en el que ha alcanzado la perfección de un espejo, pero con el toque que la caracteriza. OH!, conversó con esta pintora a días de inaugurarse su exposición en Salón Gildaro Antezana después de 23 años.



OH!: ¿Por qué decide dedicarse a la pintura?

A temprana edad, en secundaria del Colegio Alemán Mariscal Braun, tuve muy claro el hecho de que yo sería artista plástica, seguramente la influencia de mi padre desde la niñez tuvo gran peso en mi inconsciente decisión.

Mi padre, el arquitecto Federico Castillo Nava, un ser maravilloso cuya obra permanece y puede observarse en varias edificaciones de la ciudad de La Paz, tenía su estudio en un ático en nuestra casa de Sopocachi, en el que jugábamos mis hermanos y yo con sus lápices, gomas de borrar, reglas, escuadras, etc., siempre junto a él y al son de música clásica.. Para mi esos instrumentos de dibujo eran objetos normales, seguramente allí y entonces fui tomando cariño a esos instrumentos.



OH!: ¿Cómo se desarrolló su carrera como artista?

Al obtener el Bachillerato, inmediatamente ingresé a Vestibulares de la Carrera de Bellas Artes que entonces pertenecía a la Facultad de Arquitectura de la UMSA. Tuve la dicha de que los Arquitectos José de Mesa y Teresa Gisbert de Mesa fueran mis maestros, afianzando así mi vocación. Luego ingresé a la Universidad de Texas en la ciudad de Austin, donde ya se encontraba mi hermano Rudy Castillo López. Allí, a los cuatro años de estudios, me gradué en Arte y Decoración de Interiores. Más adelante, vivé los siguientes ocho años en Madrid, ciudad querida que me brindó la oportunidad de trabajar de día e ir a la Academia de Arte “Artium” por las noches. Artium me dio gran impulso para seguir el género del retrato. Guardo un respeto muy grande por el Prof. Eduardo Peña, quien con inteligencia y afecto, supo guiarme en esta especialidad. Más adelante, en el Estado de Arizona donde viví durante seis años, tuve otra gran fortuna de poder asistir a los talleres de maestría en retrato en la Escuela de Artistas de Scottsdale. El maestro Harley Brown, que por entonces impartía estos talleres avanzados de retrato, me guió para utilizar la técnica del pastel. Brown es considerado uno de los siete grandes artistas vivientes en Estados Unidos. Su influencia en mi obra es inconfundible, diría alguien que conoce el trabajo de Brown.



OH!: ¿Qué satisfacción personal le trae el arte?

Muchas satisfacciones. Te apunto algo que dibuja exactamente el sentimiento que a veces lo vivo: Los artistas son seres que han probado el néctar de la vida en ese momento detenido en el tiempo, cuando entregaron su espíritu creativo y tocaron el corazón de alguien más. En ese instante, estuvieron más cerca de la magia y la perfección de lo que nadie jamás puede estar. Y en sus corazones saben que el dedicarse a ese momento vale mil vidas más.

Cuando entrego un retrato a pedido siento esa magia aquí descrita … Por ejemplo, la semana pasada entregué un retrato aquí en Cochabamba y la niña retratada no quería por nada desprenderse de su retrato … son pequeñeces que te alegran la vida y por tanto el trabajo y te impulsan a seguir.



OH: ¿Cómo es ser artista en Bolivia? ¿Es rentable? ¿Le da para vivir de su pintura?

Para mí, en mi calidad de artista profesional, desde hace ocho años viene siendo prácticamente imposible vivir del arte. En épocas anteriores, las colonias de extranjeros que vivían en Bolivia, eran mis grandes clientes, se organizaban eventos en las embajadas, había un movimiento muy significativo que apoyaba el arte. Entonces sí se podía vivir del arte. Ahora, digo que definitivamente no puedo vivir del arte únicamente.



OH!: ¿Cuáles son las técnicas que prefiere?

Es el pastel la técnica que mas conozco y practico. Una vez que dominas la técnica, entonces tienes libertad para crear. Es imprescindible, sin embargo, tener y disponer de una amplia gama de colores al pastel. Es una técnica seca que no requiere de pincel y no se mezcla fácilmente. El trabajo debe llevarse a cabo prolijamente puesto que no permite correcciones. La técnica del pastel debe practicarse con limpieza de trazo, con los colores adecuados y con conocimiento de la forma de utilizar las tizas de pastel. Hay diferentes durezas de la tiza al pastel y además es imprescindible saber enmarcar una obra al pastel, requiere necesariamente la protección de vidrio en el enmarcado, que deberá ser igualmente profesional.



OH!: He visto muchos retratos en su obra, ¿por qué prefiere los retratos a otro tipo de pintura?

Te diría yo que el género del retrato me ha elegido a mí y no yo a él. Ha sido natural en mí elegir el rostro como base de mi otra pictórica. Pienso que fue en la Academia “Artium” de Madrid donde mi elección se definió por el del rostro humano. Y desde entonces me encuentro tomada por el rostro, a pesar de que a veces rompo un poco y pinto paisajes al óleo. Algunos paisajes son de Cochabamba sin olvidar a mi Illimani, que también he pintado al óleo.



OH!: ¿Si no hubiera sido pintora qué habría sido?

Ninguna otra cosa.



OH!: ¿Quiénes son sus referentes?

Mi maestro Harley Brown, mi maestro Eduardo Peña, los grandes retratistas de la pintura clásica como Reembrandt, Velásquez, los grandes pintores rusos que nunca dejaron de aprender a pintar, y ante todo, las esculturas griegas que pude en persona ver en mis visitas a Grecia. También las esculturas romanas.



OH!: ¿A qué pintores bolivianos admira y por qué?

Me fascina la obra de La Placa a quien tengo muchísimo afecto, admiro la obra de Ruperto Salvatierra, admiro la obra de los paisajistas cochabambinos y esa depurada técnica de la acuarela, la obra de María Luisa Pacheco rompiendo esquemas me encanta y no digamos nada de la obra de Avelino Nogales, el maestro retratista boliviano por excelencia.



OH!: ¿De qué no puede prescindir al momento de crear?

De inspiración para temas libres. Esta hay que buscarla y si la encuentras, ¡estarás seguramente trabajando! De conocimientos académicos para la producción de obra pictórica en el género del retrato, soy academicista por excelencia.



OH!: ¿Cómo es su rutina de trabajo?

Aquí en Cochabamba, es tranquila, matizada de reuniones sociales. Últimamente, en los últimos meses, se ve ajetreada mi rutina puesto que estoy preparando varios retratos a pedido y la exposición en el Salón Gíldaro Antezana después de 23 años.



OH!: ¿Cómo escoge a los personajes que va a pintar?

En temática boliviana, los escojo cuando a propósito hago viajes a las fiestas patronales como a la fiesta de los Chutillos, al Carnaval Tarijeño, a los paseos por los distintos lugares de Cochabamba.



OH!: ¿Cómo ve el desarrollo de las artes, sobre todo de la pintura, en Bolivia?

He observado que durante los últimos años, la enseñanza de la Academia de Bellas Artes de La Paz ha desmejorado notablemente. Lo sé a través de comentarios que me hacen las alumnas que en ocasiones me han colaborado en mi taller de La Paz. Pondero la época en que la dirección de la Academia de Bellas Artes de La Paz estaba al mando José Bedoya Sáenz.



OH!: ¿Qué significado tiene para Usted esta exposición que viene?

Me encanta volver a exponer en el Gíldaro Antezana desde 1991, ahora la Alcaldía nos pide exponer entre 4 artistas, antes expusimos solo dos artistas. Es una hermosa galería a la que invito a las personas aficionadas al arte a que visiten esta muestra. Significa en resumen que estamos vigentes y que seguimos produciendo, y que no hemos estudiado en vano. Cómo dice el dicho de Goethe: “Es fascinante encontrar la forma en que viviendo se desarrolla”.

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