domingo, 8 de septiembre de 2013

Keiko González: «yo soy un medio en el arte»

ES UN PINTOR CONSAGRADO | SIGUE RETÁNDOSE CADA DÍA, EN CADA CUADRO. SUS OBRAS, ASÍ LO DEMUESTRAN.

Tiene un aire de niño travieso, aunque hace tiempo dejó de serlo, y ese aire despreocupado, que no requiere de explicaciones, se transmite en sus cuadros, que se refrescan en cada exposición sin quitarle el sello característico que Keiko González quiere imprimirles.

OH! ¿Qué destaca de esta su nueva exposición?

Lo que más destaco de esta exposición es esta serie de cuadros que he hecho con alquitrán, con ese nuevo elemento, que sí bien usé hace mucho tiempo, tenía problemas con él, y ahora he pescado el cómo trabajarlo y he podido evolucionar con esta obra.

OH! ¿Por qué alquitrán?

He estado jugando con cierto color, con la nogalina, que es a base de agua, pero quería usar ese color en el óleo, es un café muy rico, lleno de vida, y no podía llegar a ese color más que con ese material, ahora lo logré y me encanta. La obra existe porque es y es porque existe. Me inspiré en la obra de Borges “The wanting seed”, la semilla que quiere surgir.

OH! ¿Esto define su obra?

Es porque es, existe para justificar mi propia existencia. No sé si tiene algún sentido. ¿Qué es la pintura? ¿Para qué la pintura? No es para explicar esto o lo otro. Es para mostrarse así mismo.

Pero no me define a mí, yo soy como un medio. ¿Qué es el arte? Esta es mi respuesta. El cuadro se entiende como cuadro en sí, no es una referencia. ¿Qué es lo mío? Es el juego del color, de la forma y la textura, la estética que estoy presentando es la razón de existir de estos cuadros.

No siempre he sido abstracto, he sido muy figurativo, pero sí en cierto sentido ahora es abstracto, siempre hay esa ley que rige en el cuadro que cuando te sueltas va naciendo.

OH! ¿Cada exposición es una evolución de Keiko González?

Es un cambio. Evolución quiere decir que cada vez es mejor y yo siento eso. Yo he vuelto a Bolivia a comienzos de los ’90, dos décadas de pintura a tiempo completo.

OH! ¿Cómo influye el hacer su arte acá en Bolivia?

Influye en mi persona, en el balance de mí ser, dónde yo puedo sentirme mejor con mi familia, con mis hijos, dónde puedo tener el tiempo para trabajar. Ahora cómo influye en la obra eso es difícil decirlo. Hay mucha influencia de pintores bolivianos, y mucha más quizá de otros pintores modernos y contemporáneos.

OH! ¿Qué sucede si un día por ejemplo se despierta deprimido? ¿Influye en su obra?

Generalmente ni trabajo. Me deprimo muy poco, pero me pasa que físicamente a veces no estoy a la altura, estoy resfriado por ejemplo o uno de mis hijos está enfermo, eso hace que evite trabajar.

OH! ¿Cuánto tiempo le ha llevado montar esta exposición?

Esta exposición cuenta con 30 cuadros que estoy trabajando desde noviembre, y esto es un tercio de lo que he producido. El resto lo tengo en el taller y lo sigo trabajando, tengo varias exposiciones que vienen ahora, así que necesito el stock.

OH! ¿Cómo se da cuenta que uno de sus cuadros ya ha sido terminado?

Es difícil, son horas de verlos. Pero el chiste es que un cuadro se termina cuando se vende, cuando se va de mi taller. Yo estoy feliz con esta obra por ejemplo, por eso está colgada, pero vuelve a mi taller y otra vez entra a la dinámica. Puedo estar aburrido un día y vuelvo a jalar estos cuadros y si no pasan el test les voy a meter mano. Hay cuadros que han aguantado cinco años en el taller y eso es mucho tiempo.

OH! ¿Alguna vez le ha pasado de tener que pintar por encargo aunque usted no esté de acuerdo necesariamente?

Lo último que me ha pasado ha sido pintar un mural muy grande para una casa en Cochabamba. Lo que yo pido básicamente es que me den las dimensiones y algún color, pero esta persona me pidió al Quijote y a Sancho Panza y yo me quería morir. Pero lo tomé como un reto y lo que hice es a Quijote y a Sancho Panza pero a 180 grados de lo que la persona pensó. Terminé haciéndolo con escrituras, con formas, con orejas de Mickey Mouse, terminé haciendo un Quijote y un Sancho Panza como superhéroes pero fue divertido. Me pidieron que hiciera algo para la Copa Davis en el Tenis de acá en La Paz. Yo juego tenis, experimenté y salió algo muy lindo, muy abstracto, pero era un tenista.

OH! ¿Cuánto tiempo le ha llevado hacerse un nombre dentro de la pintura boliviana?

Es muy difícil, pero es al final es constancia, hay que ser bueno y ser constante. Hay muchos constantes que sólo por ello están en un nivel alto en el que no deberían estar, no voy a decir nombres, pero hay varios que tienen el nombre pero que a mi parecer les falta en obra. Y hay varios por el otro lado que tienen el talento y la obra, pero les falta el nombre.

OH! Al respecto ¿qué piensa de las nuevas generaciones de pintores?

Hay poquísimos, lo que estoy viendo es mucho realismo, esa escuela de caras de viejas, con hambre, etc. No tengo nada contra ese tipo de pintura, pero la verdad es que no me interesa. Estoy buscando nuevos pintores, me muero por ver buena pintura, y no sólo en Bolivia, pero no hay. Ir a una galería comercial y ver pintura contemporánea buena, es muy difícil.

OH! Hablando de la pintura boliviana, ¿podemos decir que existe cierto elitismo entre los artistas? ¿Una rosca de pintores consagrados?

Es que cuando mi generación llegó nos hemos hecho un espacio a la fuerza, trabajando y produciendo buena obra, ¿Y dónde están los que deberían empujarnos a nosotros? No existen. Yo he tratado de hacer escuela pero no he podido. He dejado de intentarlo ya hace ocho años.

OH! ¿Usted puede vivir de su pintura?

Claro. Tampoco es decir pobres de nosotros.

OH! Sin embargo hoy hay cada vez menos espacios para exponer...

Tenemos a Mérida-Romero y listo. No hay más. Creo que se han ido cerrando porque la rosca es muy pequeña, ese grupo de pintores que sobrevive con su obra y produce buena obra, es muy pequeño. Cada año es lo mismo, diez o doce cada año, ¿Dónde están los otros?

OH! ¿Qué le falta al arte boliviano?

Más galerías, más curadores, más críticos, mejores pintores, mejor clientela, mejores diseñadores interiores, etc. Hay muy pocos curadores, pero por ejemplo yo he enseñado en la Escuela de Bellas Artes y ha sido la peor experiencia que he tenido, no por los alumnos, sino por el medio. La verdad es que no me acuerdo del nombre de ninguno de esos mis alumnos.

OH! ¿Quién es su mejor crítico?

Mis hijos. La mayor de 18 está estudiando afuera, y los otros dos de 15 y 12 son duros, me dicen las cosas sin asco. Han crecido viendo arte, y son cínicos, eso me encanta. Cuando hay algo bueno les encanta y cuando a ellos les gusta, yo respeto mucho esos ojos.

PERFIL

KEIKO GONZÁLEZ

Nacido en 1964, Keiko González primero estudió en la Universidad de Texas y luego en la Universidad Rutgers, donde obtuvo una beca por excelencia en Artes Visuales que le llevó a culminar una Maestría en Bellas Artes. En 1992 se especializó en grabado en la Kunsthochschule en Dresden, Alemania. Su obra se ha presentado en más de quince exposiciones individuales entre Bolivia y Estados Unidos; asimismo, ha participado en más de veinte exposiciones colectivas en tres continentes. También ha sido presentada en las Bienales Internacionales de Cairo y Cuenca. Entre los muchos premios recibidos, se destaca el Primer Premio en Pintura en el Salón Pedro Domingo Murillo en La Paz; Gran Premio en el concurso Recuperación del Dibujo, BHN, La Paz; Gran Premio en la onceava versión de la Bienal de Santa Cruz, Bolivia; Gran Premio del Salón Internacional de Arte (SIART), La Paz y Primer Premio del Salón 14 de Septiembre, Cochabamba, Bolivia. (Datos de Fundación esArt)

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