jueves, 13 de junio de 2013

Una pasión llamada breakdance

El fin de semana la ciudad literalmente se vio invadida por el breakdance y la subcultura que representa. Las puertas del Franco Alemán, ubicadas en pleno centro de la ciudad se vieron abarrotadas la noche del sábado con filas hasta de una cuadra de fanáticos que querían entrar a ver la batalla final de los Bboys bolivianos, quienes pretendían clasificar a la final en Colombia. Así ganó Giroshi, representante de la Llajta que considera este deporte danza como fundamental para su desarrollo como persona integral, ya que también este bboy “cochala” estudia en "cole", es panadero y tiene intereses con el séptimo arte. Aquí un acercamiento a este hobby que poco a poco se convierte en pasión en la vida de Giroshi rumbo al mundial Red Bull representando al país.

¿Cómo te acercaste al mundo del breakdance?
G.M.: Comencé hace cinco años en Cochabamba, mientras caminaba todos los días para ir al colegio veía a un grupo de chicos en la plazuela Cobija. Así conocí a un Bboy argentino interesante, llamado Ariel “Pitón”, él me metió en todo este mundo y todavía sigo aprendiendo de poco en poco. Además, toda mi familia está metida en la cultura del hip hop desde hace tiempo.

¿Cómo es la fusión que representa el breakdance más dance o deporte ?
G.M.: Es baile, como su nombre lo dice: danza, pero también es un deporte extremo porque retamos mucho a la gravedad.

¿Me podés describir con tres calificativos qué es el breakdance para ti?
G.M.: Deporte extremo, un baile y diversión.

¿Cómo, dónde y cuánto practicas?
G.M.: Al principio lo hacía muy seguido pero ahora como estudio y trabajo ya no puedo con todo y debo darme tiempo. Lo que si hago es a la semana, tres veces una hora como mínimo. Tengo una escuela de Street Dance, queda en la calle Paccieri y Antezana en Cochabamba.

¿Cómo va la movida en Cochabamba, hay escuelas, hay interés?
G.M.: Hasta el momento la ciudad ha progresado mucho en las culturas urbanas, ahora hay más posibilidades de escuelas de este tipo que antes. Va mucha gente, hay como 300 alumnos. Y sí, las competencias son reñidas porque hay mucha gente interesada, mayor nivel genera competencia, eso es bueno.

Dijiste que estudias y trabajas ¿Contame cómo te das tiempo y qué haces paralelamente?
G.M.: Estoy en cuarto medio, terminando el colegio. Soy panadero, hago empanadas y salteñas. Desde las 4:00 am hasta las 14:00 de la tarde. No me parece extraño, esto me permite tener seriedad, y el breakdance me relaja más que una competencia de ganar o perder, es mi tiempo personal “te vuelve tú mismo” y a veces hace que me pierda de la cruda realidad de todos los días.

¿Y cómo aprendiste a hacer pan?
G.M.: Como siempre, buscando trabajo, gracias a mi mamita que es de Chuquisaca y me enseñó desde pequeño, es una señora muy trabajadora como somos 10 hermanos tuvimos que trabajar de todo, y ella es un ejemplo, la verdad me dio alas y oportunidad para ser lo que soy, así que este es mi aporte, desde chico aprendí, trabajé en varias cosas en estos años, me gusta mucho la cocina al final de cuentas.

¿Sé que también te interesa la actuación, cómo te va en eso?
G.M.: Sí, estuve en una película y varios cortometrajes con el señor René Ortuño del filme Pancho y Silpancho, también con Frank Webber. Además, una gran inspiración para mí es mi hermano mayor llamado Saúl, quien es M.C, y vive en Alemania, es mi ejemplo a seguir en el este mundo del hip hop y actuación.

¿Cómo ves al breakdance a nivel nacional?
G.M.: La gente ya se moviliza en Cocha, hay varios eventos más que todo en La Paz. Y sí, creo que ha crecido bastante la cultura Hip Hop, los graffitis, y esto es bueno porque no es como la gente lo ve, que tiene prejuicios por la Tv o la desinformación. Hay mucho arte, es cultura, es algo bueno que nos da espacio para tener trayectoria, es una oportunidad para explorar cosas diferentes y queremos que cada vez más la gente sepa cómo somos y por qué estamos aquí.

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