domingo, 19 de mayo de 2013

Javier Lucana, una década como el Cantinflas boliviano

El encuentro fue en la plaza San Francisco. Allí Página Siete esperaba a Javier Lucana, popularmente conocido como el Cantinflas boliviano. Apenas verlo, no cabe duda de la pertinencia de su apodo.

Vestido con una desgarrada polera blanca, unos pantalones sujetados por una cuerda y una pañoleta roja amarrada en su cuello, característica del traje del mexicano Mario Moreno Reyes, Lucana saluda a todo el que se le acerca.

“Llevo diez años imitando a Cantinflas. Ha leído todo sobre su vida y he visto casi todas sus películas”, asegura sin dejar de esbozar una cálida sonrisa.

Inicios

Antes de dedicarse a imitar al mexicano, Javier trabajaba como payaso. Su principal escenario estaba en las calles y plazas de La Paz y Oruro. Hasta que un día, uno de sus compañeros le dijo: “Vos tienes cara de Cantinflas”.

Días después, a modo de distraerse, se pintó unos bigotes con cenizas de carbón. Al verlo, una de sus tías le confirmó su parecido con el actor: “Eres igualito”, le aseguró. Y ya sin más dudas, Javier decidió imitar al cómico y dejar atrás su disfraz de payaso.

El primer día que salió vestido como el comediante mexicano sintió miedo, pero notó que la gente se aglomeraba más para ver su presentación. Algunas personas se acercaban para sacarse fotografías.

Durante varios meses trabajó duro para lograr una imitación lo más fiel posible al personaje, para lo cual tuvo intensas sesiones de video hasta que logró copiar la forma de hablar, de caminar y de bailar del comediante. “Tons, como quien dice... -señala, parafraseando al mexicano- poco a poco empecé a sentirme un Cantinflas”.

El éxito













Producto de su éxito en las calles, Javier decidió hace cuatro años grabar un video con sus mejores rutinas de imitación. “En ese tiempo, varios cómicos peruanos, como el Cholo Juanito, sacaron sus DVD y eso me motivó a producir un material propio”, dijo.



Se prestó una cámara de video y convenció a uno de sus compañeros para que le ayude con la filmación. “Seleccioné varias de las presentaciones en las que interpreto a Cantinflas, como uno de los fragmentos de su película El bolero de Raquel y además lo imito en su faceta de barrendero”, reveló.



Una vez que editó el video de una hora de duración realizó el depósito legal y sacó más de 800 copias, que empezó a comercializarlas en los buses que parten y llegan en las terminales de La Paz y del interior.

Antes de vender, presenta su imitación de Cantinflas para conquistar al público. Recuerda que por día logra comercializar entre 20 a 30 discos.

“Hasta ahora he vendido más de 70.000 DVD”, asegura el cómico, quien alista una segunda grabación que estima, si es que consigue los recursos económicos, saldrá este año. Con las ganancias de esta venta inicial, Javier tuvo la base para comprar un quemador de DVD y un multicopiador para continuar comercializando su trabajo.

Y con los años su fama se extendió desde su natal Villa Esteban Arce, población ubicada en la provincia Aroma de La Paz, hasta México. “He recibido felicitaciones desde reconocidos imitadores de Cantinflas en México”, revela y agrega que entre algunos de esos comediantes están Carlos Espejel (más conocido como el Carlinflas), Celedonio Núñez y Mario Ramírez Reyes, entre otros.

El año pasado recibió un mensaje de felicitación del sobrino de Cantinflas, Eduardo Moreno Laparade, quien en un email le dijo: “Muchas felicidades, mi tío (Cantinflas) siempre hubiera querido que personas como vos imiten su trabajo”

Con todo lo logrado hasta ahora, Javier tiene un sueño pendiente que intentará hacer realidad: grabar una película.

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