jueves, 25 de abril de 2013

El Espejo de Alicia, una forma de leer y dramatizar cuentos

Atravesar por El Espejo de Alicia es sumergirse en un bosque frondoso, lleno de símbolos e imágenes que contienen enseñanzas para resolver problemas en la vida práctica. En este taller, los cuentos populares llevan a los niños a vivir los relatos, mediante una metodología lúdico-creativa, apoyada en la plástica, el teatro y la narrativa.

El cuento popular se caracteriza por contener imágenes estrechamente ligadas al espíritu, sostenía el psicólogo suizo Carl Gustav Jung. Bajo esa premisa, Jushara Salomón, directora del proyecto, busca rescatar las simbologías de la literatura oral para introducirlas a un mundo mágico donde ellas se convierten en protagonistas.

“La tendencia de la lectura convencional, en las aulas de colegio, es buscar la moraleja de los cuentos; en cambio la propuesta que hacemos en este taller es llevar al niño por el camino trazado por el cuento, a través de estrategias de lectura comprensiva con una metodología apoyada en lenguajes artísticos”, afirma Salomón.

La metodología de expresión lúdica, que se aplica en el taller, hace del juego un gestor del conocimiento y la formación de niños y jóvenes, al crear un ambiente distendido y creativo.

“Los sistemas educativos formales no cubren aspectos emocionales, relacionales y actitudinales. Es por eso que esta metodología aplica juegos no competitivos, grupales y no estructurales para complementar lo que la educación formal no toma en cuenta”, explica Miguel Estellano, coordinador del Espacio Cultural Creativo, donde se imparten estas técnicas de enseñanza y aprendizaje.

El objetivo de El Espejo de Alicia es lograr que los participantes adquieran el placer por la lectura, y acercarlos a diferentes realidades a través de obras escritas en diferentes rincones del mundo y, de esta manera, fomentar el aprecio por la cultura general.

Durante los talleres, en los que participan niños de entre ocho y 12 años, trabajan con cuentos y leyendas de Bolivia, Europa, África, Norte y Sudamérica, según la elección de los participantes.

Autores como Augusto Monterroso, René Bascopé, Salman Rushdie, Ana Ichazo y Teresa Mesa, entre otros, integran el grupo de los autores elegidos para estos cursos dinámicos.

Además de la lectura, los niños aplican la pintura como medio de expresión y realizan dinámicas grupales, en las cuales no hay ganadores ni perdedores, pero que incentivan el trabajo en equipo.

Símbolos y personajes

El pedagogo Víctor Montoya indica, en su portal web, que los cuentos populares son alimentos para el alma del niño, estimulan su fantasía, les permiten reflejar sus experiencias, pensamientos y sentimientos, y, en muchos casos, ayudan a superar ataduras emocionales de su infancia por medio de un lenguaje simbólico.

Esos personajes y símbolos de los mitos y leyendas populares -como dragones, laberintos, ninfas y genios de la botella- son elementos que hacen de puente entre un mundo real y onírico.

Al entender sus significados y connotaciones, el niño puede manifestar lo que es, lo que piensa y lo que siente, para luego representarlo en escena.

Esta técnica, también denominada storyteller, es una estrategia teatral desarrollada por Michael Rohd, en la que los participantes cuentan en un tiempo muy breve una historia de sí mismos, con un principio, un nudo y un desenlace, y la mayor cantidad de detalles. “Es muy útil para la cohesión del grupo, también para el desarrollo de la imaginación, en forma de memoria y de estructura de una historia, y la manera de contextualizar los relatos y las acciones que tienen lugar”, explica Salomón.

De igual manera utilizan el espacio escénico para introducirlos en el mundo mágico de la ficción mediante un proceso vivencial, en el que producen sus propios textos dramáticos con elementos extraídos tanto de las lecturas que se realicen, como de su propia experiencia cotidiana.

Con estas sesiones, los menores aprenden a mirarse a sí mismos sin temor de lo que digan a su alrededor, a conocerse y educar sus cuerpos.

“Cuando el niño lee o escucha un cuento popular, pone en juego el poder de su fantasía y, en el mejor de los casos, logra reconocerse a sí mismo en el personaje central, en sus peripecias y en la solución de sus dificultades, en virtud de que el tema de los cuentos le permite trabajar con los conflictos internos”, complementa Montoya en su página web.

Pero no sólo los niños se benefician con esta metodología. Al ver que los adolescentes tienen necesidades y expresiones diferentes, Salomón decidió crear el taller El Acecho del Dragón, en el que participan jóvenes desde los 12 años en adelante.

A diferencia de los menores, ellos trabajan en la sensibilización corporal y auditiva; también realizan dinámicas para fortalecer la confianza en ellos mismos y el autoconocimiento; y, desde luego, trabajan con la creación de personajes y guionización.

“El taller tiene los mismos objetivos, sólo que está dirigido a otro tipo de grupo. Al finalizar el año, los participantes realizan presentaciones teatrales únicas, que fueron armadas a lo largo de los cursos”, explica Jushara.

Por el tipo de actividades, los adolescentes también muestran interés y dejan a un lado la timidez para expresarse corporal y verbalmente en grupo. Todo esto les permite abordar temas que les afectan y que, además, les permite convertirse en actores de sus propias vidas.

Los creativos cursos para niños y adolescentes
Experiencia Jushara Salomón dirige los talleres de El Espejo de Alicia, desde 2012, que incluyen el sociodrama, la animación sociocultural y el uso de la simbología para el desarrollo personal. Anteriormente dio talleres de lecto-escritura en el Espacio Cultural Creativo y en Casa Luna.


Técnicas Los talleres aplican el sistema de la animación sociocultural; también las herramientas del arte dramático, del arte plástico y del juego y, finalmente, el sociodrama como estrategia para el manejo de grupos sociales y también como una herramienta metodológica dentro del aula.


Dirección El Espejo de Alicia empezará en mayo en El Sótano de El Espacio Sinfónico. En cambio El Acecho del Dragón empezó este mes en el Nuna Espacio Arte (Calle 21 de Calacoto N° 8509). El costo es de 180 bolivianos mensuales e incluye material de trabajo. Para más información llamar al 77534009.



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