lunes, 13 de agosto de 2012

Museo Simón Iturri Patiño el eco de un pasado de fortuna y derroche

En los elegantes salones, solitarios y oscuros del Museo Simón Iturri Patiño, se escucha el eco de un pasado colmado de fortuna, derroche y elegancia, reflejada en el dorado de sus sillones exportados de estilo francés.

En las armaduras colgadas en una pared forrada con papel tapis, vitrinas en las que descansan escopetas de diferentes modelos, alfombras persas desgastadas por los pasos de turistas que continuamente observan esta mansión.

Al ingresar a esta casa, uno queda embelesado con la elegancia que reina en los salones donde la familia Patiño recibía visitas importantes, organizaba fiestas elegantes, y definía el futuro de la empresa más importante de explotación de estaño.

A raíz de su riqueza inmensurable, la familia Patiño, pudo adquirir los más curiosos y bellos objetos que en su tiempo fueron modernos y novedosos aparatos que sólo se apreciaban en dicha casa ubicada en la calle Soria Galvarro entre Ayacucho y Cochabamba.

Actualmente la Casa de la Familia Patiño es administrada por la Universidad Técnica de Oruro, y es conocida como el Museo Simón Iturri Patiño, miles de turistas se dan cita en este espacio que aun guarda en las habitaciones invaluable riqueza histórica como también objetos valiosos, muebles importados desde del lejano oriente, muñecas de porcelana, boticario, su propia capilla para desarrollar celebraciones litúrgicas, que son parte de la riqueza del Barón del Estaño Patiño, quien adquirió su fortuna al encontrar la veta más grande de este metal plateado.

Algunos narran historias curiosas sobre lo que ocurre en las habitaciones solitarias, especialmente en la noche, donde se oyen los pasos de tacones, en las caballerizas los cascos de caballos, murmullos, risas, música y sobre todo le tienen mucho respeto a una escultura de quien hubiera sido el criado de la familia Patiño, Salvador, un niño que estuvo con ellos hasta su edad adulta, consideran que este personaje trajo mucha suerte al Barón del Estaño, por todo esto y mucho más este museo es uno más de los encantos de Bolivia.

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