sábado, 14 de julio de 2012

Oruro y La Paz, ciudades unidas por la cultura

Oruro y La Paz, son dos ciudades distintas pero al mismo tiempo muy próximas entre sí, unidas por vínculos familiares por la intensa migración en ambos sentidos y también por la cultura.

Son dos regiones que además comparten las luchas de aquellos que forjaron nuestra nacionalidad, la historia cuyo conocimiento nos enseña a comprender mejor el presente. Conceptos vertidos por Fabrizio Cazorla Murillo, director de la Revista Historias de Oruro, cuyo número 17 fue entregado ayer en el salón Consistorial de la Alcaldía de La Paz.

Se trata de un número extraordinario, dedicado a la efeméride paceña y como un acto de homenaje a la gesta libertaria del 16 de Julio de 1809.

Al acto asistió el alcalde paceño Luís Revilla, quien destacó el contenido de la revista, especialmente por las fotografías, que dijo, lo distrajeron y lo apartaron, por un momento del acto que presidía.

Revilla agradeció el homenaje a la ciudad de La Paz, por parte de los responsables de la revista orureña, al que calificó como un cariño que debe primar entre ambas ciudades.

Gabriela Niño de Guzmán, concejal secretaria, dijo que el mes de julio se destaca en La Paz, no sólo por la entrega de obras propias de la efeméride cívica sino también por recordar el pasado, esa historia que nos impulsa para "encarar las luchas que aún debemos enfrentar".

Destacó el contenido de la revista con temas inéditos que dijo, "enriquecen mucho más nuestra historia".

"Somos dos pueblos hermanos y este aporte es reconocido por el pueblo paceño que acoge a miles de orureños", manifestó la concejal.

El número 17 de Historias de Oruro contiene varios artículos en homenaje a las fiestas Julianas, en una edición impecable, en la que destacan: El Loreto y las Matanzas de Yañez, La Historia del Palacio Quemado, Pedro Domingo Murillo en el Cadalso y la Historia de los Tranvías en La Paz, de Luís Ramiro Beltrán.

Además publica varias fotografías de la ciudad de La Paz, de un gran valor histórico como la imagen desplegable del nevado Illimani, tomada por Hans Block en la década de los años 30.

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