sábado, 10 de septiembre de 2011

Adriana, Miguel, Marvin y Shostakovich

La Orquesta Municipal es mucho más que un grupo de estupendos instrumentistas que tocan juntos. Tienen un lide-razgo inteligente que es capaz de producir música de todos los géneros, en términos de una superior calidad artística adecuada a las posibilidades instrumentales del conjunto.
Su espectáculo Boom ofreció música formal como la Obertura de Carmen de Bizet y música po-pular como Tamarindo seco entre otras. El sector dedicado a la música formal tuvo en el Concierto Nº 2 para piano y orquesta de Dimitri Shostakovich su episodio más notable. La obra, compuesta para orquesta completa, se interpretó con una adaptación realizada por Miguel Ángel Salazar que muestra ser un eficiente orquestador cuyo experimento puede calificarse como una hazaña. En ningún momento se echó de menos a los metales y las maderas.
Las cuerdas, con la única colaboración de un tambor, fueron suficientes para reproducir la orquestación original con la cantidad de sonido y la variedad tímbrica que precisa la obra.
Adriana Inturias, que generalmente tocaba partes complementarias en las orquestaciones del grupo, esta vez protagonizó el concierto. Con autoridad, entregó una versión técnicamente pulcra y emotivamente cargada de insinuaciones del carácter lúdico pero profundamente serio de la obra. Adriana es una pianista del más alto nivel.
Marvin Montes concibió el montaje del concierto. Esceno-grafía irreverente, luces de disco-teca y una teatral presentación de las obras del programa dieron a la velada una graciosa amenidad.
Varios e inéditos instrumentos de percusión dieron sonoridad potente y creativa a las piezas populares. El público que sigue a este fantástico conjunto lo premió con un entusiasmado aplauso. Desde acá le enviamos nuestra ovación.

RAQUEL CLOUZET

DOS FLORES EN SU LABERINTO.
Gabriela y Analía representadas en óleo sobre madera.
Raquel Clouzet, en un primer escarceo en las artes plásti-cas, expone en el Centro Cul-tural Santa Cruz una muestra de pinturas y joyas inspiradas en su rico e intenso mundo interior.
Arquitecta de profesión, Raquel reflexiona sobre su impresión de habitar en un laberinto y la expresa recu-rriendo a la estética arquitec-tural que maneja figuras geo-métricas y caracteres jeroglíficos en composiciones casi documentarias, pero hondamente emotivas. El resultado provoca sorpresa por la forma en que un espíritu sensible es capaz de conferir a esta simbología fría y meramente objetiva, evocaciones que pasean con intensidad por el afecto y el festejo.

EN LA CASA DE LA CULTURA

Así como en una anterior nota apuntamos deficiencias en la organización de un concierto en la Casa de la Cultura, es justo y muy grato reconocer ahora que el espectáculo ofrecido por la Orquesta Municipal transcurrió casi íntegramente en un marco de orden y seriedad.
La función comenzó con 15 tolerables minutos de retraso, había personal idóneo controlando los accesos al teatro y en la platea sobresalía la presencia de María Renee Canelas, directora de la institución, disfrutando del orden y la buena música.

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